Un golazo de Queipo despide con aplausos la pretemporada

El Sporting despidió la pretemporada con aplausos. Y no es poco. Un gol de Queipo, en el epílogo del encuentro ante el Racing en tierras cántabras, dejó buen sabor de boca después de un partido muy discreto en el que apenas fueron capaces de generar peligro ante un Racing, superior en la primera parte sin hacer nada del otro mundo. Se acabaron las pruebas y el domingo empieza lo importante. Ante el Levante, el Sporting está obligado a mejorar para amarrar los primeros puntos del curso.

La disposición táctica del Sporting fue el 4-3-3 que Albés anticipa como el traje que mejor le sienta a su equipo. Otero ejerció como 'nueve', aunque el técnico gallego exige a sus delanteros que ofrezcan movilidad y que permuten su situación a lo largo del partido. Olaetxea y Bernal son los encargados de dar equilibrio en el centro del campo, mientras que la construcción correrá a cargo de Nacho Méndez.

El Sporting tardó en cogerle el pulso al partido. Varios errores en el pase elevaron la autoestima del Racing que asomó con un par de centros por el área rojiblanca. La primera conexión de los gijoneses la desencadenó un balón filtrado de Nacho Méndez que Otero, de espaldas, cedió atrás para que Gaspar Campos probara su puntería desde el balcón del área. No fue la única tentativa del canterano que atinó más en el segundo intento, exigiendo a Ezquieta, que despejó con apuros. Más vistosa fue la primera intervención de Yáñez. El meta estuvo providencial para desviar a córner un remate de Unai Vencedor desde dentro del área.

El gas se fue evaporando y el fútbol se hizo más espeso. Bernal y Olaetxea estaban un tanto hundidos en la presión y eso permitía al cuadro de José Alberto maniobrar con el balón sin excesivos aprietos en campo contrario. En ataque faltó movilidad para dar salida al balón y sortear la presión del rival. A falta de combinaciones en corto, el equipo abusó del balón en largo del que resultaba difícil obtener réditos.

Con el paso de los minutos, el Sporting ofreció síntomas de apatía, persiguiendo el balón sin demasiado orden, mientras el Racing gestionaba la posesión como si se tratase de un rondo.

Un remate de cabeza desviado de Otero permitió a los rojiblancos tomarse un respiro después de unos minutos decepcionantes. El primero en darse cuenta fue el propio Albés. Aprovechando la pausa de hidratación, el técnico sacó la pizarra, como si fuera un entrenador de baloncesto, y repasó algunos conceptos que sus futbolistas no estaban aplicando. A buen seguro que les reclamó más velocidad en la circulación, porque como estaba jugando el Sporting era imposible ganar ventajas y superar líneas de presión. No valió de mucho el enfado del preparador, porque el cuadro rojiblanco siguió sin dar señales de mejoría hasta el descaso.

A la vuelta salió un poco mejor el Sporting, aunque sin arriesgar demasiado en los pases. El Racing notó el cansancio y su presión ya no era tan efectiva y los rojiblancos encontraban vías para conectar y pisar el área santanderina. Los puntas se descolgaban para servir de apoyo y permitir que los compañeros encontraran referencias para recibir el balón entre líneas, aunque fuera de espaldas. Los balones largos seguían siendo una mala solución.

El Racing asomó a la hora de partido con un pase de ruptura a la espalda de la defensa. Karrikaburu se planta solo ante Yáñez y el portero aguanta para salvar el gol casi a bocajarro.

Gaspar, desaparecido desde la primera acción del partido, tuvo la opción de abrir el marcador tras una pared con Nacho Méndez que le dejó solo con Ezquieta. El balón le quedó atrás con el control y no fue capaz de armar bien la pierna.

La respuesta del Racing vino precedida de un error de Kembo que habilitó a Yeray cuyo disparo salió cerca del poste. El Sporting alumbró sus mejores jugadas cuando intervenía Nacho Méndez y lo hacía al primer toque, metiendo una marcha más al ataque.

El Racing, cuando menos se esperaba, marcó el gol del triunfo al recibir con espacio Neco Celorio dentro del área y disparar al palo corto para sorpresa de Yáñez, que se lamentaba en el suelo del tanto.

Con la urgencia del resultado adverso, se estiró el Sporting con cierto sentido. Un centro de Nacho Martín la remató en el segundo palo Olaetxea y Ezquieta con una gran estirada evitó el gol, desviando el balón contra el travesaño. Parecía abocado el Sporting a despedir la pretemporada con una derrota, pero apareció Queipo. El canterano, después de una pequeña discusión con Otero por lanzar el golpe franco desde el balcón del área, ejecutó de forma magistral la falta por encima de la barrera y colando el balón por la escuadra, superando a Ezquieta en su estirada.

Una despedida dulce a una pretemporada que debe servir como punto de partida para el nuevo Sporting de Albés.