Sporting

Una gira con «bronca en la grada»

Luis Alonso tiene 87 años y es mexicano. Pero sus raíces leonesas y las asturianas de su esposa, Mari Cruz Sánchez, siempre le tiraron mucho. Tanto que, cuando el Sporting visitó México en una gira en 1953 que le llevó a disputar allí tres partidos, no dudó en acudir a dos de ellos en los que los rojiblancos se midieron al Atlas y a la Selección de México. «En los dos encuentros hubo bronca en la grada. Era lo normal. Si no, no sería un partido entre mexicanos y españoles», recuerda entre risas este veterano aficionado al fútbol, que se muestra ilusionado por la visita que esta semana, 70 años después, iniciará el Sporting a su país natal.

La victoria ante el Atlas y el empate ante la Selección de México fueron solo dos de los siete encuentros que el Sporting disputó en una gira que comenzó en Cuba, con cinco partidos, y que luego llevó al equipo al país norteamericano. Lo que se encontró allí el conjunto rojiblanco fue una gran acogida por parte de los descendientes de españoles, deseosos de ver a un equipo del que también consideran su país. «En 1950, el Asturias y el España se retiraron de la Liga mexicana. Cuando vino el Sporting se organizó hasta una romería con un gaitero del Centro Asturiano», recuerda Manolo Martínez, vicepresidente de la peña mexicana La Villa de Quini, y cuyo padre y abuelo estuvieron presentes en el partido contra la Selección de México. «A los españoles no nos podían ver. En los partidos hubo más leña de la habitual».

El Sporting estaba entonces en Primera División. Era una gira de pretemporada que se fraguó entre polémica por el hecho de que se sabía que el viaje iba a ser un lastre físico para los jugadores, pero las presiones de empresarios, sobre todo cubanos, acabaron por dar fruto y el Sporting se embarcó en un periplo que iba a dejar 700.000 pesetas (4.200 euros) en las arcas del club, una cifra considerable para aquella época.

El viaje comenzó con un desplazamiento en tren a Madrid, para tomar después un vuelo a Amsterdam, con escalas en Niza, Frankfurt y Bruselas. De ahí, a La Habana y después a Guadalajara, en México.

La gira mexicana no comenzó bien para el Sporting, que perdió de forma clara ante el equipo de la ciudad por 3-1. Al descanso, el conjunto rojiblanco, que contaba con el portero Sión, quien se había estrenado como internacional con la denominada Selección B, ya perdía por 3-0. El delantero Prendes, uno de los mejores jugadores de aquella plantilla, hizo el gol del honor en el minuto 89.

La suerte cambió en el segundo partido, el que enfrentó al Sporting con el Atlas. Los goles de Prendes y Sánchez sirvieron para rubricar una victoria por 0-2 que Luis Alonso recuerda bien. «El Sporting hizo un muy buen papel. Fui con socios del club España, nos juntábamos unos veinte de todas las edades», recuerda este aficionado al fútbol que ha visitado El Molinón en varias ocasiones y que guarda en la retina el partido homenaje a Quino que enfrentó al Sporting con el Real Madrid.

La gira finalizó con un empate ante la Selección de México. «Fue un partido muy apretado. En la selección había muchos jugadores del Asturias y el España», afirma Manolo Martínez.

Ahora, 70 años después, el Sporting regresa a México en unas condiciones muy distintas. El Grupo Orlegi, propietario del club, es de capital mexicano y dueño del Santos y el Atlas, dos de los rivales a los que se medirán los rojiblancos. El tercero de los partidos será contra el Atlético La Paz. Lo que a buen seguro no cambiará es que contarán con un grupo de apasionados seguidores locales en las gradas.

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