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Toda la ciudad estuvo este jueves pendiente de un encuentro vital para el Sporting. A pesar de la distancia, el rojiblanco volvió a ser el tono predominante a lo largo de toda la jornada por las calles de la ciudad, que fue aumentando en presencia según se acercaba la hora del partido y, sobre todo, cuando los aficionados más jóvenes comenzaban a fluir hacia los bajos de El Molinón, desde donde se reunieron en gran número para seguir los avatares del equipo en Cornellá.
Con la bandera del Sporting todavía presidiendo La Escalerona, las camisetas y bufandas del equipo volvieron a tomas las calles de Gijón, con una afición dispuesta a sufrir con su equipo, pero haciéndolo en compañía, como se pudo ver en numerosos locales hosteleros de los distintos barrios. Si bien, parece que los más jóvenes han encontrado en los aledaños del estadio un punto fijo de reunión.
Allí comenzaron a reunirse las pandillas en torno a las mesas de distintos locales, que fueron ocupadas por los más madrugadores. Mientras avanzaba la tarde y se acercaba la hora del partido, la explanada del aparcamiento del fondo sur del estadio se iba llenando de grupos de sportinguistas que saltaron, suspiraron y gritaron con cada una de las ocasiones de su equipo.
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