Gallego, obligado a cambiar a medio equipo ante el número de bajas

En los próximos días se despejará la incógnita sobre la posibilidad de que se pueda aplazar el choque, ante la merma de efectivos que tiene el Sporting para encarar un partido de Liga.

A día de hoy, el técnico catalán asume que no podrá contar con la mitad del bloque que dispuso en la última cita liguera. Entre los positivos se encuentran, al menos, cinco de los titulares que empleó en el duelo ante el Leganés, que terminó en tablas gracias a un controvertido penalti en contra de los rojiblancos.

Semana tras semana, Gallego se encuentra con el problema de evitar la alineación indebida, consciente de que no puede emplear a todos los jóvenes al mismo tiempo ya que siempre tiene que haber sobre el césped como mínimo siete fichas del primer equipo. Si finalmente se juega el partido ante el Lugo contará al menos con el consuelo de que la Liga rebaja la exigencia en el caso un brote de covid y pone el listón en cinco fichas de la primera plantilla.

Esto concede un mayor margen al entrenador catalán que, a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos en los próximos días cuenta con, al menos, doce futbolistas incritos con el primer equipo, a lo que podría sumar jugadores del filial para completar la convocatoria.

Otra cosa es la importante merma deportiva que implican los cambios. No parece que la falta de nombres importantes amedrante a un técnico que ha intentado, desde el comienzo de su etapa en Gijón, mantener el mismo sistema táctico. Es cierto que la ausencia de Manu García en el último partido de Liga obligó a trastocar los planteamientos ofensivos del equipo, con más dificultad para jugar entre líneas.

En Lugo, no sería descabellado que Gallego alineara a dos delanteros para intentar hacer daño a un equipo que ha ganado en solidez desde la llegada de Nafti al banquillo. No es fácil hacerle gol a un equipo más armado atrás y con argumentos en ataque ya conocidos.

Quedan días por delante pero no lo tendrá fácil en todo caso Gallego. El club anunció ayer por la noche de que hoy se iba a desarrollar el entrenamiento en Mareo, cerrado a las cámaras. Un consuelo al fin y al cabo para el técnico que temía que se pudiera alargar varios días las limitaciones en las sesiones preparatorias. Ayer, sin ir más lejos, cada futbolista tuvo que entrenar por su cuenta.

Mientras tanto, los casos positivos tendrán que guardar su particular cuarentena hasta que vuelvan a hacer los test. El protocolo de la Liga te obliga a dar dos veces negativo antes de permitir reincoporarse al trabajo con el resto de compañeros.

Luego está el caso de los contactos estrechos que, algunos futbolistas contagiados pudieron mantener durante las vacaciones. En resumen, el sodoku que tiene por delante el cuerpo técnico es mayúsculo.

Preparar el próximo partido será un reto mayúsculo para un entrenador al que le gusta tener todo controlado de antemano. En este caso, es evidente que hay cosas que se le escapan de las manos.