Gallego afronta su primera gran encrucijada

De comandar la tabla a alejarse hasta los nueve puntos de la zona de ascenso directo y a quince de la primera plaza en apenas un mes. Ocho puestos ha perdido en la carrera por dar el salto a Primera el conjunto gijonés, inmerso en un profundo bache de resultados. Nadie ha sumado tan poco desde que se cruzó el umbral del décimo partido. Hasta el descolgado colista Alcorcón presenta mejor balance en las seis últimas jornadas, con sequía de victorias sportinguistas.

«Ante el Valladolid y el Almería tuvieron ocasiones muy favorables para obtener otro resultado. Cuando juegas bien y no ganas, a menudo acabas también perdiendo y jugando mal», reflexiona Enrique Martín Monreal. Entrenador de David Gallego en el Terrassa, igual que el Sporting el experimentado técnico navarro vivió al frente de Osasuna un arranque casi inmaculado, con cuatro victorias en los cinco primeros partidos que le situaron al frente de la tabla. Tuvo también que hacer frente después a etapas muy poco prolíficas con apenas un punto en un tramo de cinco jornadas a lo largo de una temporada que concluyó con ascenso tras sellar el billete para el 'play off' in extremis.

«A veces es un trabajo más psicológico. Lo que han hecho los jugadores del Sporting la temporada pasada y en el inicio de esta está ahí. No significa que por una racha como la que le está tocando pasar ya no pueda darle la vuelta y estar ahí de nuevo», expone antes de precisar que para salir de una espiral negativa de resultados también es imprescindible añadir matices al juego. «Hay que hacer cosas diferentes, mover la cubitera», señala sobre unos retoques tácticos que también considera necesarios para prolongar la buena marcha cuando los marcadores acompañan.

En contraste con la temporada pasada, cuando los gijoneses tapiaron su portería en veintiún partidos, en la presente ya han recibido diecisiete goles en las primeras dieciséis jornadas, con solo tres choques con el cerrojo instalado en su marco. Muy pocas para un equipo que arrastra un déficit goleador que solo pudo enmendar parcialmente en la apertura liguera con la contribución realizadora de los jugadores de segunda línea. Desdentado en sus tres últimos duelos, acumula 282 minutos sin ver puerta.

«Tener pegada en la categoría está muy caro y es cierto que el Sporting no va sobrado de gol. Empezar ganando o no hacerlo le condiciona mucho», señala Aritz López Garai, que considera que la destacada solidez de los gijoneses la pasada campaña estaba estrechamente ligada a sus tempraneras ventajas en el marcador. Ese contexto se ha generado con menos frecuencia este curso.

Mariño y Babin, dos de los capitanes rojiblancos, instaron a recuperar la solvencia defensiva tras los últimos tropiezos, en los que el equipo concedió once remates ante la Real Sociedad B y una decena en La Romareda. «En los dos últimos partidos se vio sorprendido por el nivel del rival. La Real le quitó el balón y eso al Sporting le hace mucho daño», explica Aritz López Garai, que reconoce un deterioro del juego rojiblanco que asocia a varios factores. «Se junta todo. El estado de nerviosismo por los resultados, la falta de jugadores importantes y que ya hay varios con mucho minutaje encima», amplía el técnico vitoriano.

Agujereado su granero de puntos como anfitrión, donde ya ha sufrido tantas derrotas en sus ocho primeros encuentros como local como en toda la pasada campaña, tendrá que invertir su mala dinámica en Ponferrada, con varios titulares de vuelta. «Es un partido difícil, porque históricamente nunca es una salida fácil ir a jugar a El Toralín, pero el Sporting tiene capacidad para revertir la situación», señala López Garai. «Sobre todo debe recuperar las sensaciones que tenía», agrega sobre la base para avivar las opciones sportinguistas de reengancharse a un 'play off' del que se mantiene a cuatro puntos.