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El próximo viernes arranca una nueva temporada en Segunda División. No parece que este año se rompa la tendencia de las últimas campañas, donde ha reinado la igualdad, con muchos aspirantes a estar al final del curso en los primeros puestos. El regreso de dos históricos como el Deportivo y el Málaga, después del atragantón de pasar por Primera RFEF, y el descenso de tres equipos andaluces con plantillas muy potentes encarece un poco más si cabe los puestos altos de la clasificación.
La mayoría de los clubes llegan al kilómetro cero de la competición con los equipos aún por perfilar. Algunas plantillas muestran síntomas de saturación, con demasiados futbolistas en nómina a los que hay que buscar acomodo antes del final del mercado, previsto para el viernes 30 de agosto.
Es precisamente ese excedente lo que produce que algunos equipos, como el caso del Sporting, echen cuentas para captar las últimas incorporaciones que cerrarán el plantel. En el actual escenario, con el dinero justo para hacer movimientos, los clubes apelan a la cautela y aparcan los grandes desembolsos de otras temporadas en las que se registraban a estas alturas fichajes de enjundia, bien sean nacionales o del extranjero.
El contexto ha cambiado y la gestión de las entidades también. Algunos clubes, como el caso del Real Oviedo, llegan al final del mercado con los deberes hechos y salvo algún caso puntual, no se prevén movimientos más allá de las necesarias salidas de jugadores que no cuentan para el cuerpo técnico. El Sporting, sin embargo, ha apostado por otra estrategia, a la caza de los 'chollos' que pueda ofrecer el mercado, como si se tratase de un periodo de rebajas. Esto no significa que el club rojiblanco no haya hecho los deberes. Simplemente, de acuerdo a su situación financiera, ha preferido esperar al objeto de conseguir futbolistas que se ajustan a lo que pretenden y dentro de un precio razonable.
Aceleró el conjunto gijonés para formalizar cinco futbolistas que formarán parte de la columna vertebral del equipo. Bernal, procedente del Racing de Ferrol, se cerró antes de terminar la pasada campaña. Un movimiento poco habitual en el club gijonés, que cerró pronto la llegada de Curbelo (Las Palmas), Caicedo (Atlas) y Olaetxea (Albacete). Nombres a los que se sumó más tarde Jonathan Dubasin que espera encontrar en Gijón el rendimiento que no ofreció durante su etapa en Oviedo. No hay que olvidar tampoco a Juan Otero, que continúa en el Sporting como una de las grandes apuestas para esta temporada.
El club rojiblanco asume que faltan por llegar, como recuerda su entrenador, Rubén Albés, «tres o cuatro» futbolistas. La necesidad de fichar un defensa polivalente, que pueda ocupar tanto el lateral derecho como el centro de la defensa es la principal prioridad para el Sporting. Uno de los nombres que gustan es el gallego Loureiro, pero su incorporación es complejo ya que es una de las referencias de la Sociedad Deportiva Huesca, que no quiere desprenderse de él y solo accedería a cambio de una compensación económica, lo que dificulta mucho el pase. La otra prioridad es reforzar el plantel con un 'nueve' que compita con Caicedo. Los goleadores contrastados se cotizan y el Sporting tendrá que explorar mucho el mercado nacional e internacional para encontrar un refuerzo para la línea de ataque. Faltaría para completar el esquema de la dirección deportiva un jugador de banda, veloz y desequilibrantes que bien podría actuar como mediapunta, supliendo así la marcha de Fran Villalba a Santos Laguna.
Fuentes consultadas por este periódico reconocen que los tiempos para el Sporting ahora son otros y después de realizar varias consultas sobre algunos futbolistas solo cabe esperar a los descartes para actuar. Un futbolista en el radar rojiblanco es, por ejemplo, Nico Serrano, por el que se ha hecho alguna consulta. El propio entorno del futbolista, al ser preguntado por este periódico por el interés del Sporting, era tajante: «Hay que esperar». Los clubes de Primera se manejan con otras urgencias y no tienen tantas prisas a la hora de organizar su plantilla, a sabiendas de que tienen futbolistas apetecibles con pretendientes de sobra.
Un director deportivo de Segunda División, en conversación con este periódico, reconocía que todavía le faltan piezas para completar su particular puzzle, pero que hay mucho por discutir en el mercado con clubes que tienen más jugadores de los permitidos, obligados a abrir la puerta de salida. «Es insostenible», resume. En los despachos existe la opinión generalizada de que hay un futbolistas que pueden quedarse al final sin opciones si insisten en agotar el tiempo las negociaciones. «Los que rechazan ahora un destino, esperando por una oferta de Primera o una de un equipo puntero de Segunda, puede ser que al final tengan que aceptarlo para poder jugar», avisa un técnico, convencido de que hay más oferta que demanda en la categoría de Plata. Veinte días es el tiempo que queda para que los clubes terminen de definir sus plantillas.
El Sporting insiste en que no hay prisa en el mercado pero lo cierto es que como dice Albés, a día de hoy, «somos pocos». Cuatro futbolistas, como mínimo, tendrán que llegar a Mareo. Uno de los jugadores que sigue la dirección deportiva es el lateral derecho Adriá Altimira, propiedad del Villarreal. El club ha sondeado la opción de Loureiro, pero el Huesca insiste en pedir dinero por la libertad del jugador. Altimira podría llegar como cedido.
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