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El vestuario se agarra con fuerza al credo de Rubén Baraja. Nadie baja la guardia y mucho menos el italiano Federico Barba, que practica el 'catenaccio' en rueda de prensa. «Queda mucho y no es el momento de hacer cálculos», respondió ayer cuando se le preguntó por las posibilidades de ascenso del Sporting si lograba tumbar al Cádiz el domingo en el Ramón de Carranza. «Es mejor no pensar nada y ser humildes. No hemos hecho nada», sostuvo, martilleando en esa palabra que fluye cada día del vestuario: humildad.
De ahí partió y no se apartó la visión de Barba, tras el entrenamiento a puerta cerrada en El Molinón y después de completar una soberbia actuación frente al Valladolid en Zorrilla. A esto último le restó importancia el italiano. «Pienso únicamente en hacer mi trabajo y los pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Sacar un balón o que termine dentro, lo cambia todo», apuntó en relación a esa definitiva maniobra en Pucela, cuando rebañó en la misma línea un gol con el que ya se relamía Mata, al que secó por completo.
Salvo por este breve recuerdo, el defensa no se alejó del Carranza, anticipando que «será un partido muy difícil, con un ambiente muy caliente». Por eso, subrayó, «tenemos que ser muy sólidos e ir a jugar con mucha humildad». No tardó en aparecer el nombre de David Barral y su proverbial picaresca y estilo combativo. «Me acuerdo un poco de él del partido de ida y estoy preparado», se limitó a señalar. También se refirió al respaldo del sportinguismo, expresado con más de 5.000 aficionados en las gradas de Zorrilla: «Lo de la gente me lo habían dicho, pero hay que vivirlo».
Por otra parte, Quintero, Guitián, Hernán, Pablo Pérez, quien ayer no completó el entrenamiento en Mareo por una sobrecarga, y Santos, se mantuvieron al margen del grupo. Para el bravo uruguayo también tuvo palabras Barba: «'Pelo' siempre tiene ganas, pero cuando uno tiene una lesión debe volver bien». Con el primer equipo participaron ayer Dani Martín, Carlos Cordero, Juan Rodríguez, Pedro Díaz, Nacho Méndez, Víctor Ruiz e Isma Cerro.
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