La Federación de Peñas pide «depurar responsabilidades» tras el incidente entre Gallego y Rico

El vicepresidente de la Federación de Peñas Sportinguistas pide «depurar responsabilidades» tras el incidente y recuerda que una entidad centenaria como la gijonesa «debe estar por encima de las personas que están en ella en cada momento». «Tanto el entrenador como el director deportivo tienen que estar a la altura del cargo. Esas cosas se tienen que hablar de puertas para dentro», sostiene.

El presidente de Unipes, Adrián Núñez, se abstiene de realizar juicios de valor e insta a «seguir remando todos en la misma dirección». «Hay que empezar a ganar partidos y que todo se relaje», ataja sobre un incidente que enmarca dentro de «la adrenalina» ligada a la conclusión de un partido. A pesar de ese atenuante de las altas pulsaciones con el desenlace del choque todavía reciente, Jano Murias subraya que «esas actitudes no se pueden justificar». «Sé que todo el mundo estaba muy caliente por la situación, pero también nosotros como aficionados no estamos nada contentos», refrenda el presidente de la Peña Sportinguista La 1905, Roberto Narváez, muy descontento por las formas de gestionar la delicada situación que atraviesa el equipo y la presión que ese contexto suscita. «Me parece lamentable, últimamente suceden cosas en este club que no son nada normales. Si alguien tiene que llamarle la atención al entrenador, debe hacerse en privado», profundiza con desazón. «Cuando no se está a la altura del cargo vale más que se dimita», enfatiza Jano Murias.

«No se puede decir toda la semana que no pasaba nada y todo era paz y amor para después montar ese episodio delante de mucha gente», argumenta el vicepresidente de la Federación de Peñas Sportinguistas. Al igual que varios aficionados, considera que el encontronazo del viernes está ligado a una actitud imprudente y proyecta una mala imagen del club. «Es una vergüenza», asevera Jorge, presidente de la Peña El Pericote de Llanes. Crítico con la gestión de Javier Fernández, le pide «que se rodee de gente de fútbol y, sobre todo, de sportinguistas». Reclama despidos para confiarle las riendas del proyecto a Abelardo y que las soluciones sean inmediatas, ante el temor de despeñarse como le ocurrió dos temporadas atrás al Deportivo. «No sé si este año ya estará perdido», lamenta Roberto Narváez. «Tienen que guardar las formas. El club vuelve a quedar en evidencia y eso no puede ocurrir», concluye.