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El rojo será el color que lucirá el recubrimiento exterior de El Molinón si prospera la candidatura de Gijón para ser sede del Mundial 2030 y, por tanto, se lleva adelante el nuevo proyecto con el que el Sporting ha conseguido el apoyo del ... Ayuntamiento y del Principado. Un espacio panorámico espectacular para albergar un restaurante y un revestimiento de anillos envolventes para acceder al estadio y a las nuevas zonas comerciales y gastronómicas que se crearán en el recrecido del edificio son, junto a la utilización del rojo, algunos de los aspectos más llamativos del nuevo planteamiento elaborado por el estudio de arquitectura del mexicano Fernando Sordo Madaleno y que ya se ha puesto sobre la mesa de las instituciones.
Se trata de una propuesta que rompe radicalmente con el diseño inicial presentado por el club a la Federación Española hace más de un año, cuando se planteaba un nuevo campo movido hacia el este y que destacaba por el blanco de su cubierta y los grandes arcos de acceso.
El rojo, como principal seña de identidad de El Molinón
El nuevo diseño realizado por el mexicano Fernando Sordo Madaleno incorpora el rojo, color característico de Gijón y del Sporting, para lucir en la cubierta exterior de El Molinón La idea original, que destacaba por el blanco de la cubierta, ha sido descartada.
Anillos envolventes
El estadio estará revestido por una especie de anillos envolventes, que parten de la cota cero para dar acceso a las gradas y que servirán también de paseo interior, desde el que se podrá entrar a las nuevas ofertas de ocio.
Espacios comerciales
En esos anillos se generarán espacios dedicados a nueva actividad comercial y gastronómica, sobre todo en la zona este Las terrazas de los bajos actuales quedarían en parte resguardadas por este nuevo volumen del estadio.
Restaurante-mirador
La propuesta incluye un espacio de 650 metros cuadrados ubicado en la parte más alta de la zona norte, aunque aún no es definitiva su localización, para un negocio de restauración que también sirva de mirador El objetivo es que se pueda ver la playa.
Ahora, el aspecto exterior del nuevo El Molinón se pretende que sea uniforme gracias a un recubrimiento metálico donde se utilizará la tonalidad roja, aspecto que cambiará por completo la percepción del estadio. También, la construcción de unos anillos envolventes que funcionarán tanto de acceso a las gradas como a modo de paseo interior se convertirá en una de las señas de identidad del estadio gijonés. Según esta propuesta, los anillos que envolverán el estadio parten de la cota cero para facilitar la entrada al estadio de los aficionados sportinguistas, pero están concebidos asimismo como una vía para acceder a las nuevas opciones de ocio que se crearán en El Molinón y que darán principalmente a la zona este. Con la generación de estos nuevos espacios dedicados principalmente a oferta comercial y gastronómica, las actuales terrazas de los negocios que ocupan los bajos en la actualidad quedarían semicubiertas por la nueva estructura del edificio.
Una de las premisas «imprescindibles e irrenunciables» que el Ayuntamiento puso al club para apoyar su proyecto fue, tal y como adelantó EL COMERCIO, el respeto a los bajos del estadio, cuya explotación comercial se desarrolla por una concesión municipal vigente hasta 2050 y prorrogable por otros 20 años. «La reforma que se plantea en El Molinón no afecta a estos espacios comerciales, podrán seguir con su actividad», aseguran desde el Ayuntamiento. De hecho, el gobierno local también exigió al club que la reforma no precisara de una demolición del actual estadio para, de esta manera, además de reducir el presupuesto, también se evita tener que afrontar los problemas legales y económicos que podrían derivarse del cese de actividad de estos negocios.
El nuevo diseño de El Molinón incluye también otro lugar que pretende ser un elemento distintivo y un nuevo polo de atracción de visitantes. Se trata de un gran espacio de 650 metros cuadrados pensado, en principio, para albergar un restaurante que también haga la función de gran mirador panorámico sobre el entorno del campo. Aunque su ubicación no es definitiva, en el diseño que se ha mostrado a las administraciones públicas se plantea en la zona de confluencia de la zona oeste con la norte, con el objetivo de que la playa de San Lorenzo sea visible desde este nuevo emplazamiento.
Hay que tener en cuenta que La Tribunona será la más afectada por las obras de ampliación del estadio, cuyo objetivo, además de ganar metros cuadrados que generen oportunidad de negocio, es cumplir con el requisito imprescindible de superar las 42.000 localidades netas que exige la FIFA para albergar partidos de la fase de grupos del Mundial.
El Molinón ganará capacidad para 12.000 espectadores a través de estructuras modulares para reducir el aforo final tras el Mundial a 33.000, como ya publicó este periódico de fuentes municipales. De esta manera, será en una nueva Tribunona donde el estadio ganará la mayoría de esos 3.000 asientos para el futuro, con los dos fondos también recrecidos.
El futuro del proyecto está supeditado a la elección de Gijón El nuevo El Molinón que Orlegi ha puesto sobre las mesas del Ayuntamiento y el Principado solo será una realidad si Gijón resulta elegida por la Federación Española de Fútbol para ser una de las sedes, como informó EL COMERCIO. «Este proyecto solo tiene sentido si nos conceden ser sede del mundial», señalaron desde el Ayuntamiento. De no ser así, se harán «inversiones año a año». En un principio, el Sporting, donde se muestran muy optimistas sobre el futuro de la candidatura, espera que la Federación anuncie sus sedes a mediados de febrero. Antes, el club también tiene que avanzar en el plan de financiación.
La idea de instalar un restaurante singular en El Molinón no es nueva y ya la manejó la anterior propiedad como inversión a realizar a cargo de los fondos CVC. En enero de 2022 este periódico informó del proyecto de habilitar un espacio de cerca de 400 metros cuadrados para levantar un local de restauración en un espacio situado entre la tribuna Norte y la Oeste, detrás del videomarcador. Se trataba de una zona amplia, con un extremo que da al campo y con visibilidad a la calle, en el que el Sporting de Javier Fernández quería contar con un restaurante que se integrara en la dinámica del club y del estadio, como ya sucedía entonces en otros campos de España.
La venta del Sporting a Orlegi Sports paralizó, entre otras, esta iniciativa. Lo que ahora proponen los nuevos gestores rojiblancos es un proyecto más ambicioso y que ha sido calificado como «un mirador espectacular» por quiénes han tenido acceso al proyecto.
Con este nuevo El Molinón planteado desde el punto de vista arquitectónico, el Sporting tiene que avanzar en el protocolo a firmar con el Ayuntamiento y el Principado. En este documento se plasmarán los compromisos de cada una de las tres partes, que también conformarán una empresa mixta para la reforma y gestión del futuro El Molinón. Según ha manifestado el presidente ejecutivo rojiblanco, David Guerra, una vez que se firme este documento será el momento en el que se dará a conocer públicamente el diseño del futuro estadio.
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