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«Yo ayer ya estaba muerto y hoy caliente», bromeaba este mediodía Rubén Albés, técnico del Sporting, cuando salía por la puerta de la sala de prensa de Mareo tras la rueda de prensa. Una intervención animada, con el Huesca de Antonio Hidalgo en el foco, pero que arrancó con rostro serio, deslizando su malestar, sin querer aumentar la polémica, por la explosiva reacción de Eder Sarabia el final del partido en el Martínez Valero. El entrenador vasco cargó con dureza contra Albés (hasta con una desconsideración personal grave) por no haberle dado la mano.
«Yo le cuento la historia como la viví muy rápidamente. No quiero hablar del pasado porque no me interesa, ni hablar de compañeros», se arrancó el entrenador del Sporting, quien asumió que se fue al vestuario sin hablar con nadie porque estaba «muy enfadado» por la jugada polémica del partido. «Acaba el partido, yo estaba muy enfadado con el penalti no señalado y me metí para dentro del vestuario. Es lo único que pasó y, a partir de ahí, se ha desencadenado toda la situación. Felicité al Elche y me gustaría haber felicitado a Eder Sarabia, pero con el calentón que tenía me metí para dentro. Lo que ha rodeado esta situación me parece bastante inverosímil y desagradable», zanjó.
El entrenador quiso pasar página pronto, sin entrar en más valoraciones, y reconoció sobre esta fase ajetreada del calendario, con partidos entre semana, que «son semanas diferentes en las que tienes que sintetizar mucho la información que le das al jugador, priorizar la recuperación y alinear a los jugadores que estén más óptimos». Semanas, en definitiva, de «decidir rápido y acertar en muchos aspectos».
No quiso, en todo caso, dar muchas pistas sobre la posible alineación de mañana. Sobre el estado de Campuzano explicó que «han sido quince días complicados desde el penalti no señalado en Eibar», forzando «dos semanas para sumar algún rato de entrenamiento y no hemos querido empeorar la situación». «Creo que para mañana está bien, para el del Albacete estará mejor y para mí es un jugador importante, que ha tenido un rol de segundas partes más que de comenzar los partidos, y no vamos a arriesgar», concluyó.
En relación a Jordy Caicedo, al que le está costando adaptarse, Albés pidió un margen de confianza para este jugador. «Cualquier futbolista que viene de fuera necesita un periodo de adaptación», observó el técnico, asumiendo, al mismo tiempo, que «no le he dado muchas oportunidades, pero tengo muchas esperanzas en su perfil como futbolista». Y ahí fue más explícito en su mensaje: «Solo pido que todos creamos en él porque veo el día a día, su evolución, y no es sencillo adaptarse cuando llegas desde fuera. Las cosas a veces no suceden tan rápido».
Al Huesca de Antonio Hidalgo se refirió con mucho respeto porque, argumentó, «está en el 'top' tres de organizaciones defensivas, del balón parado y compitiendo». Y avisó de un partido de alambre de espino. «Será uno de los rivales más complicados a los que nos hemos enfrentado hasta ahora en El Molinón. No será tan estético como el Castellón», completó.
Por ese motivo, Albés invocó en varias ocasiones el favor de El Molinón. «Tenemos que hacer un magnífico partido ante un 'top' tres», machacó el entrenador del Sporting. «El Molinón nos tiene que ayudar como en estas últimas semanas para que, cuando nos pueda entrar la fatiga, cuando pasen esos momentos, crea en nosotros. Es un partido muy de afición», consideró.
Fue más concreto sobre sus temores: «El Huesca es un equipo que tiene un gran contraataque y una organización defensiva de mucho nivel. Probablemente sea un partido más cerrado. Si hablamos de Castellón o Huesca, son partidos a priori opuestos».
Para afrontarlo, Albés vio a sus jugadores en una buena disposición mental tras el varapalo de Elche. «Hay veces que las derrotas te restan confianza y otras que te provocan frustración. Esta fue de las que te generan frustración», detalló, explicando que el equipo hizo un partido para «ganar o puntuar» y viendo la cita de mañana como una buena oportunidad para quitarse el mal sabor de boca: «Estamos con ganas de volver a El Molinón, ya nos apetece volver a casa».
Con respecto al once, solo confirmó la titularidad de Pablo García, cuando repasaba las opciones para el lateral, entre las que incluyó a Diego Sánchez. Nada más. «Vamos a encontrar el once que mejor pueda funcionar», se limitó a comentar, dejando algunas pistas: «A lo mejor, un jugador por el que esperáis le toca dosificar».
Uno por el que fue preguntado directamente fue Dubasin, el atacante más en forma del equipo y con muchos kilómetros encima. «Es un jugador que juega con mucha energía, despliegue. Veremos si juega o no, si en Albacete lo hace o no, pero, siendo Antonio Hidalgo inteligente y el Huesca un buen equipo, es momento de dar pocas pistas. Si no se filtra por ahí, claro», sonrió.
«Está chulísima la Liga», compartió también durante la rueda de prensa, pero todavía sin ver partidos definitivos en el horizonte. «Esos van en relación a situaciones límite de un equipo o que se acerca un final, pero estamos en la jornada once y si ganamos, nos aseguramos estar en la parte de arriba».
A renglón seguido repasó el segundo gol recibido en Elche, un error de varios jugadores, alertando de paso a sus jugadores y recordando que «lo podíamos haber evitado y no es habitual ese tipo de error tan colectivo».
De camino al final de su alocución, volvió a mirar a la grada: «Yo me malacostumbro rápido y el lunes dejaron el listón alto. No suelo regalar halagos a los equipos ni me gusta parecer temeroso ante los partidos y los rivales, pero vamos a necesitar mucho empuje por parte de todos».
Antes de concluir se refirió de manera más concreta al estado físico de Gaspar y Dubasin, muy agotados tras el partido del Elche. «El lunes estaban muertos, ayer un poco mejor y ahora dicen que fenomenal», señaló con guasa. Y se refirió a la inclusión en la convocatoria de Mbemba, relevo del lesionado Bernal: «Viene entrenando de central y mediocentro con nosotros. Es una roca y nos puede aportar en determinados momentos y contextos de los partidos».
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