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El Sporting no da la medida

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Antonio L. Juárez

El Sporting no da la medida

El equipo agrava su crisis tras un partido en el que fue muy inferior al Granada, que estrelló dos balones en el palo, activado solo por el VAR

Javier Barrio

Granada

Domingo, 26 de enero 2025, 16:11

Un Sporting bajo mínimos, sin brillo ni garbo, en la ruina por inferior, se fue de Granada con una derrota justa, abultada y que incluso pudo tener más holgura que un 3-1. Mediaron muchas millas de fútbol entre los futbolistas de un equipo y otro, sorprendentes competidores en la misma liga. Los gijoneses se fueron a la lona en las áreas, desactivados arriba y despelotados atrás, condenados a vagar con el balón en zonas residuales. El único tiro a puerta del Sporting resultó del gol de penalti de Otero, en un partido que contó un par de salvadas de Yáñez, errático por otra lado en las salidas, y dos tiros que reventaron en el palo y el larguero de la portería gijonesa. Y de propina, Róber Pier y Gelabert, bajas para la visita del Burgos.

La crisis se acentúa, con siete jornadas ya de liga sin ganar y un equipo en los huesos, a ocho puntos ya del 'play off'. Necesitado de estímulos, hundiéndose hacia la parte media de la tabla y con Rubén Albés dando síntomas de descontento con la planificación, clamando por refuerzos. El debut de Dotor, ya sin nada de chicha en el día, fue testimonial en uno de los peores partidos de la temporada de los gijoneses. Desconocidos, achantados, desajustados atrás, peleados en los pases decisivos y sin soluciones de armario, a la espera del encaje del mediocentro y de Nico Serrano. Ni la primera parte, algo más aseada que el espanto de la segunda, sirve de consuelo.

Con Dotor de miranda en el banquillo, recluta exprés, Albés salió con la misma selección de personal del Elche. Solo bailó el lateral zurdo, aupándose al once Pablo García, en alerta amarilla. De partida, los gijoneses jugaron forrados en defensa y contragolpeando de forma directa. Con el balón en los pies del Granada, que estrenó al peligroso Abdé Rebbach por la banda de Guille, Otero pidió un tibio penalti por una carga de Williams. Sin más.

A partir de ahí, la tamborrada se dirigió hacia Yáñez. La primera mitad, algo más democrática, ya fue de enchironamiento. El Granada empezó a fluir con el balón en una estrategia. Sergio Ruiz, cirujano del balón, colgó una pelota. Loïc Williams, otra vez presente, cabeceó con vigor, pero centrado. Amansó Yáñez, que se llevó otro susto en una descarga tapiada de Boyé. Sin pelota, el Sporting se esforzó en sacar tajada de la presión, con las conducciones de Gelabert, las aventuras de Dubasin y las escapadas de Otero.

Esa presión avanzada estuvo a un tris de hacérsele bola al equipo de Albés, sorteado con un balón rebotado y un pase cortante de Abdé, prestado por el Alavés. El más peligroso de los nazarís junto a Boyé y Tsitaishvili. Su balón, afilado al interior, desnudó el sistema defensivo del Sporting y dejó a Weissman mirando a Yáñez. La definición del israelí, precipitada por la salida desesperada del meta del área, salió tirando besos al poste derecho del meta. Un susto de aúpa.

El Granada cortejó más el gol, pero estuvo siempre pendiente del retrovisor en esta fase. El Sporting, tierno en ataque, llegaba. Pero sus incendios, provocados por la energía y movilidad de Otero y Dubasin, con las coladas de Guille, los apagaba Insua. Los de casa penetraban con más claridad, fluyendo mejor por calidad, con situaciones de riesgo permanente con la defensa en campo avanzado. Róber Pier, Diego y Olaetxea tenían que replegar a todo gas.

En una de esas aventuras del Granada, con mala uva, Weissman pisó el área. Róber Pier, arriesgando ante el nivel de alerta, se lanzó y le zancadilleó. En la ejecución del penalti, pateado dos veces, hubo moviola. Yáñez detuvo el primero a Boyé. Pero el VAR se chivó de una milimétrica invasión del área de Guille Rosas. El delantero argentino afinó ya en el segundo. En el trance, Albés perdió para la siguiente jornada por tarjetas a Róber Pier.

El Sporting siguió torturado por los balones interiores, con Olaetxea metido entre los centrales y el centro del campo demasiado despoblado. Las pérdidas, abundantes en los rojiblancos, eran cianuro. Se desquitó el Sporting en un centro-chut de Nacho tras una dejada de Otero. Pero Brau, ante Dubasin, mandó a córner.

Con el viento a favor, el Granada, adaptable a los momentos del choque, cedió mando. Y el Sporting se empachó de sobar y sobar, enredado en una zona intermedia del campo. Bien tapiado. Los gijoneses se fueron a la caseta con mala cara, tras una falta de Otero que escupió la barrera, pero sin testar a Luca Zidane, sin tajo. El Granada, bien agrupado y equilibrado, obligaba a la tropa de Albés a combinar rápido y con precisión. Lo primero se lograba. Lo segundo, apenas.

Aprieta el Granada

El choque continuó con el mismo grado de inclinación al salir de la caseta, apretando el Granada para el segundo. Dueño, sin sobresaltos, del encuentro. Tsitaishvili, en un zapatazo al poste, y Boyé, contra el larguero, confirmaron que el Sporting necesitaba un buen meneo. El interruptor fue Nacho Martín, sustituto de Róber Pier, con lo que Olaetxea pasó a ser central a tiempo completo. En el canterano hubo un pie más firme para crear.

Granada

Zidane; Rubén Sánchez, Insua (Lama, m. 81), Loic William, Brau; Hongla, Sergio Ruíz, Tsitaishvili (Villar, m. 85), Rebbach (Reinier, m. 65) (Diao, m. 90+3); Weissmans (Stoichkov, m. 65) y Lucas Boyé (Trigueros, m. 90+3).

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Sporting

Yáñez; Guille Rosas, Róber Pier (Nacho Martín, m. 56), Diego Sánchez, Pablo García; Olaetxea (Mbemba, m. 90), Nacho Méndez (Dotor, m. 90), Gelabert; Dubasin, Otero (Caicedo, m. 90)y Queipo (Campuzano, m. 68).

  • Goles 1-0: m. 28, Boyé, de penalti. 2-0: m. 67, Hongla. 2-1: m. 81, Otero, de penalti. 3-1: m. 90, Lama.

  • Árbitro Muñiz Muñoz. Amonestó en el Granada a ; y en el Sporting a Róber Pier, Gelabert.

  • Incidencias Muñiz Muñoz. Amonestó en el Granada a ; y en el Sporting a Róber Pier, Gelabert

Cuando el equipo parecía espigar, cayó el garrotazo del segundo. Un golazo de Hongla, que arruinó más al Sporting, corto de fútbol y de ideas. Albés, sin mucho revulsivo, maniobró. Sacó a Campuzano, escoró a Gelabert a la banda izquierda y mutó al 4-4-2. Stoichkov, que pudo hacer el tercero, y Reinier, ya estaban en el campo. Un buen indicador de las diferencias de las soluciones de unos y otros.

Al Sporting, con una despensa más discreta y el debut de Dotor, solo le abanicó el penalti sobre Dubasin, pateado por Otero y avisado con retardo por el VAR. Un espejismo que se difuminó con el estreno goleador de Lama, hijo del popular periodista deportivo, tras un gallo de Yáñez, que tuvo un partido de extremos, en una salida.

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