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ANDRÉS MAESE
GIJÓN.
Lunes, 3 de diciembre 2018, 02:56
La presión se había apoderado de un futbolista que lleva consigo el cartel de ser el fichaje más caro de la historia del Sporting. La gran apuesta del director deportivo rojiblanco, Miguel Torrecilla, para liderar el ataque se encontraba atascado. Los delanteros viven de ... los goles y Uros Djurdjevic, ayer una de las referencias en Mareo, pese a que no saltó al terreno de juego por una sobrecarga en los gemelos, se dedicaba a sobrevivir en medio de una isla con poca vida en sus alrededores.
El rojiblanco necesitó 1.030 minutos en la Liga para dejar su sello sobre el campo. Babin adelantó al Sporting en el marcador con un sobresaliente gol, pero su medio tijera fue superada por Djurdjevic siete minutos después. La ejecución del delantero serbio tras el centro de Cordero fue sencillamente extraordinaria.
Con el Sporting volcado al ataque, controló el balón con el pecho y lo dejó botar en el suelo. Ganó el tiempo necesario para 'fabricarse' el espacio justo en el área para llevar a cabo un remate que enloqueció a El Molinón. Se acomodó el esférico con la pierna derecha y realizó una medio chilena para mandar el balón al fondo de la portería del Tenerife. Una obra de arte que celebró con rabia.
La misma que había acumulado durante quince encuentros. Principalmente porque la ausencia de juego en su parcela le restó protagonismo en sus primeros encuentros en España. Un hecho que le perjudicó, aunque el paso de las jornadas le brindó varias acciones para estrenarse como goleador rojiblanco. El atacante vio cómo le anularon dos tanto en El Molinón, pero también desaprovechó ocasiones inmejorables para anotar. Por ejemplo, el penalti que le cedió Carmona ante el Reus. Su litigio con el gol quedó en evidencia.
Tras diez jornadas completadas y con Nick Blackman en la enfermería rojiblanca, Rubén Baraja buscó un cambio de dinámica al ofrecerle la titularidad a Neftali en lugar de al serbio. El choque ante el Córdoba en Gijón lo comenzó en el banquillo y tan solo disfrutó de algo más de veinte minutos sobre el terreno de juego.
Un planteamiento que resultó ser acertada, aunque el efecto tan solo duró un partido. Tras el enfrentamiento ante el Córdoba, llegó el turno de la Copa del Rey. Un choque que calmó los ánimos de El Molinón porque tanto Djurdjevic como Neftali marcaron y dieron cierta ventaja al Sporting en los dieciseisavos de final contra el Eibar.
Lo que parecía que iba a ser el resurgir del serbio, quedó en un tanto aislado. En un pequeño empujón que no ayudó ni a que Djurdjevic se estrenara en la Liga ni que el Sporting reconduciera una situación que terminó con Rubén Baraja destituido como técnico y con José Alberto ascendiendo del filial al primer equipo para recargar de ilusiones al sportinguismo.
El atrevimiento y descaro del asturiano ayudaron a la plantilla a romper la dinámica negativa de resultados. El protagonismo en el ataque va a más y Djurdjevic agradece ese paso adelante que han dado todas las líneas en el campo para buscar la portería rival sin miramientos. Una propuesta que arropa más a los hombres de ataque en la busca del gol.
Prueba de ello es que el técnico no sustituyó al serbio ante el Tenerife cuando dio entrada a Blackman en el campo. Por sexta vez en lo que va de Liga, Djurdjevic jugó los noventa minutos. Con su diana ante el cuadro tinerfeño se ha quitado un peso de encima. Al atacante no le salieron más palabras que agradecer a la afición la paciencia que han tenido con él ante la ausencia de goles.
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