Iván Álvarez
Domingo, 5 de julio 2020, 02:17
Mientras rema a contracorriente en el tramo decisivo de la temporada, Miroslav Djukic trata de acelerar el ritmo para que el Sporting no se quede a medio camino en sus planes de regresar a la élite en una temporada tan revirada como anómala. Reducido el ... intervalo entre partidos, el serbio, al igual que el resto de entrenadores de la categoría, necesita afinar en la administración de sus recursos para que el desgaste no haga mella en sus resultados o torpedee con las temidas lesiones musculares sus planes de cabecera.
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La introducción de los cinco cambios, un comodín para paliar el desgaste ligado a la acumulación de minutos mientras descienden las horas de tregua entre jornada y jornada, abría una ventana idónea para que se asomasen los jóvenes procedentes del filial para cumplir ese mantra de gestión que reza que en cada crisis se esconde una oportunidad. Tres semanas y media han bastado para refrendar que el comprimido calendario impulsa a los entrenadores a encontrar ese equilibrio siempre complejo entre un clima que favorezca el florecimiento del talento bisoño y el aumento de las urgencias al disminuir el margen de error para alcanzar los objetivos clasificatorios. En esa dicotomía, hasta 35 futbolistas procedentes del filial han encontrado en la acumulación de encuentros el escaparate propicio para mostrar sus anhelos de afianzarse en el fútbol profesional.
Veinte de los veintidós técnicos de la categoría se han apoyado en jugadores con ficha de su segundo equipo desde que se reanudó la competición. También Djukic, que apadrinó el bautismo en Segunda División de Gaspar en Vallecas. El debut del centrocampista gijonés en el barrio madrileño aglutina todos los minutos que ha disputado un futbolista del Sporting B desde que concluyó el confinamiento.
El balcánico, poco partidario de revolucionar a lo largo de la segunda mitad su puesta en escena, se ha escudado en una veintena de jugadores durante los seis duelos librados en el nuevo contexto. Solo Ziganda y Rubén Baraja, que han utilizado a dieciocho efectivos, han exprimido menos que el excentral la profundidad de sus plantillas desde la reanudación liguera, en la que el técnico sportinguista ha tratado de conservar en la medida de lo posible la columna vertebral que había establecido antes de que la competición se detuviese.
Ha mantenido los galones de líder de Manu García en el balcón del área rival, ha elevado la continuidad de Nacho Méndez y ha otorgado la manija del equipo a Pedro Díaz. El sierense, que ha disputado a las órdenes de Djukic 1.038 de los 1.687 minutos que acumula en la temporada de su estreno en el primer equipo, se ha afianzado como estandarte en la medular rojiblanca como lo había hecho el curso previo en el filial junto a Gragera y Berto, que tratan de seguir la estela de su excompañero. «Están haciendo cosas muy buenas», afirmó sobre ellos esta semana el exzaguero, que elogió también el desempeño de Gaspar en su estreno competitivo con el primer equipo.
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Pese a mostrar esa satisfacción con el rendimiento del canterano en Vallecas, no le proporcionó minutos en ninguno de los dos duelos posteriores frente al Lugo y el Almería. «Nos jugamos la vida a cada minuto y preferimos entrar con gente de experiencia y consagrada», explicó tras indicar que le «gustaría darle la oportunidad a Bertín y Gragera, porque se lo han merecido, pero en sus puestos las cosas son difíciles y no coinciden». El pivote, renovado a finales del pasado mes de mayo hasta 2024, se estrenó el 8 de marzo a las órdenes del balcánico, que prioriza a Cristian Salvador y Javi Fuego en sus planes para el tramo final de competición.
El máximo artillero del Sporting B, que se cayó de la última convocatoria mientras se remataba la negociación para su nuevo vínculo contractual, todavía no ha disputado ningún minuto en competición oficial bajo las directrices del preparador balcánico, que reparte los esfuerzos entre Djurdjevic y Álvaro Vázquez en su intento de remontada hacia el 'play off'. Pacheta y Paco Jémez, dos entrenadores inmersos en esa pugna por las seis primeras plazas de la clasificación, sí han introducido piernas frescas procedentes del filial. El técnico de los ilicitanos ha apostado por los estrenos de Jony Carmona y Diego Bri en el ataque franjiverde, mientras que el técnico rayista recuperó para la causa al zaguero Martín tras un tormentoso inicio de temporada.
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Un grupo en la 'reserva'
También en dinámica del primer equipo pese a tener el expediente competitivo bajo la gestión de Djukic en blanco está Guille Rosas, que comenzó la puesta a punto más tarde que el resto del grupo y fue reclutado tras la lesión muscular sufrida por Bogdan. Con esa misma previsión se ejercitan en Mareo para mantener la condición física los canteranos César García, Pelayo Suárez, Pablo García, Iván Elena y Mecerreyes.
No hay balón, pero sí trabajo físico y horas de gimnasio cuando no están presente el primer equipo. Señalada por Javi Rico como el emblema de su proyecto, la cantera está llamada a desempeñar un papel clave en el futuro del club, aunque Djukic por el momento subraya jerarquías de cara al desenlace de temporada.
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