Real Oviedo - Sporting | El derbi no cierra sus heridas

El último derbi duró mucho más que los noventa minutos. En la mañana posterior, mientras los sportinguistas disfrutaban de su victoria y los oviedistas recordaban aún el gol anulado a Ibra en la recta final del partido, las directivas de los dos clubes alargaban el derbi en los despachos. El dispositivo de seguridad empleado en El Molinón para la afición rival -con el mismo protocolo de actuación de la primera vuelta en el Tartiere- provocó quejas de muchos seguidores azules y la reacción posterior de la entidad.

«No se puede consentir que 1.200 personas se encuentren en condiciones de sin unas mínimas condiciones sanitarias, con dos cuartos de baño a utilizar durante cinco horas, y sin acceso, una parte de ellos», esgrimió el club azul, que también lamentó, entre otras situaciones, «el trato dispensado por parte de la seguridad privada del Real Sporting de Gijón en el momento del acceso de las personas acompañantes de la directiva (mujeres y niños) así como de otros miembros de nuestra directiva y trabajadores del club».

El Sporting, sorprendido, respondió en la mañana posterior asegurando que se limitó a «cumplir exhaustivamente con las normas que al efecto establece la Liga Nacional de Futbol Profesional y la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte», además de recordar que «el Real Oviedo desplazó 4 personas de seguridad más su coordinador y, ni antes, ni durante, ni después del partido se nos hace observación alguna sobre cualquier tipo de anomalía o queja, ni desde la zona de los aficionados visitantes, ni desde la UCO, donde estaba ubicado el coordinador de seguridad del Real Oviedo». La entidad rojiblanca mostró el estado en que quedó la zona destinada a la afición visitante en El Molinón, en la que contabilizó «cabinas destrozadas», «puertas rotas», y «más de cien butacas inutilizadas».

238 días después, el derbi regional volverá a situar bajo un mismo foco al Sporting y al Oviedo. En todos estos meses, rojiblancos y azules han coincidido en actos de La Liga sin más interacción pública que la mínima. Sí se notó una complicidad mayor hace apenas tres semanas, con motivo de la entrega de los Premios Quini, organizados por la Federación de Peñas Sportinguistas y EL COMERCIO. Mientras Djurdjevic y Saúl Berjón recogían sus trofeos, el presidente rojiblanco, Javier Fernández, departía con el vicepresidente azul, Manuel Paredes. El Oviedo respondió a la invitación al homenaje a Quini desplazando a una amplia representación, de la que formaron parte también el responsable de relaciones institucionales, César Martín, y el gerente, David Mata.

Aquel día, Javier Fernández aseguró que «tiene que haber un entendimiento entre directivas, y buscar un acercamiento». «No puede ser que dos equipos de la misma región estén peleados; la humildad y la lealtad institucional, y de las personas, es lo que debe prevalecer y no los caprichos y decisiones en caliente. El Real Oviedo es el que supuestamente rompió relaciones y no sé si ahora han cambiado las condiciones para retomar las relaciones normales. Espero que sí», amplió.

Pese a ese acercamiento, no se espera ningún acto institucional compartido por ambos clubes en los próximos días, más allá de la protocolaria invitación al palco a la directiva sportinguista por parte de los responsables del Oviedo. Desde 2017, año en que los dos equipos volvieron a coincidir en la misma categoría después de catorce temporadas, no ha habido actos compartidos en la semana previa a un derbi como sucedía antaño. Desde el Principado se ha intentado en vano acercar posturas y naturalizar los duelos regionales. La herida parece ya cerrada, pero la cicatriz sigue siendo muy visible.