El delantero que salió gratis

Stanic (Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, 10 de abril de 1972) empezó a dar patadas al balón en el Zeljeznicar de su localidad natal. Con el desmembramiento de Yugoslavia, el intermediario Naletilic lo acogió y lo trasladó a Zagreb para incorporarlo al Croacia.

Con 20 años, el Real Madrid, por medio de Antic, se fijó en el atacante bosnio. También Boskov hizo gestiones para llevárselo a la Roma, pero el Milan estuvo más ágil para adquirir su pase como jugador de futuro. Pedrag Naletilic vio en el Sporting un buen destino para promocionar a su jugador. El agente serbio contactó con Carlos García Cuervo, director deportivo, la primera semana de agosto de 1993. Le expuso la posibilidad de una cesión. Además de los vídeos de partidos facilitados por el intermediario, tanto el director deportivo como el nuevo entrenador, Mariano García Remón, recabaron datos del futbolista, con informes positivos como una promesa interesante.

La gestión fue rápida. El jugador y sus agentes llegaron a Asturias a última hora de la tarde del catorce de agosto. Al día siguiente se reunieron en la secretaría del club. Tras hablar detalles técnicos con García Remón, el entrenador se ausentó y dejó en las negociaciones a Naletilic y Pardo, con los consejeros José Fernández y Cándido Cueto, así como con el director deportivo.

Stanic regresó a Milán al día siguiente. La operación sólo estaba supeditada a la confirmación escrita del club lombardo. El delantero bosnio llegaba al Sporting cedido por una temporada, con posibilidad de prórroga por una segunda, que debía contar con la aprobación de la entidad italiana, que no aceptó una opción de compra. El Milan analizaba el acuerdo como una reválida para el futuro del atacante, por lo que incluyó una cláusula en la que si lo recuperaba al final de la temporada para un traspaso asumiría el importe de la ficha, que ascendió a 150.000 euros.

Tras el acuerdo, Stanic regresó a Gijón el jueves, acompañado de Kajtazi, un delantero zurdo del Croacia que vino para hacer una prueba que no superó. El viernes 21 de agosto, en una mañana soleada, el delantero bosnio fue presentado en El Molinón ante unos 200 aficionados.

La agencia de representación del balcánico valoraba su agresividad, el juego de cabeza, el manejo del balón con los dos pies y su rapidez. Con 21 años, el joven delantero exhibió en el Sporting buenas condiciones, si bien le faltaba experiencia y capacidad para aguantar físicamente la exigencia del fútbol español. En el año que estuvo en el Sporting jugó 34 partidos ligueros, con siete goles anotados, uno menos que Juanele y Escaich, y cuatro confrontaciones de la Copa del Rey, con tres tantos.

El rendimiento de Stanic en el Sporting tuvo un informe favorable de los técnicos, pero el inconveniente para el club gijonés fue que el Milan tenía una oferta del Benfica. El traspaso se valoró en 600.000 euros, inaccesible para el club gijonés. La entidad italiana destacó la evolución de Stanic, pero sus técnicos no lo veían para un futuro próximo en su primer equipo. Al Sporting le vino bien, porque dio una rentabilidad satisfactoria y, además, resultó casi gratis. Sólo costó los sueldos, las dietas y las primas. La ficha la pagó el Milan.

La carrera del delantero bosnio fue exitosa, aunque su siguiente paso por Lisboa fue discreto. Luego estuvo dos temporadas al Brujas, donde fue máximo goleador de la liga belga y ganó la Liga, la Copa y la Supercopa. Su eclosión se vio en el Parma, con el que ganó una Copa de la UEFA, y en el Chelsea, donde acabó de lateral de recorrido, además de haber sido internacional con Croacia en 55 ocasiones. En la actualidad, a sus 51 años, es directivo del Hajduk Split. Estas historias no son normales en el fútbol actual.