David Gallego, contra todo

Al igual que sucedió en las últimas horas del último mercado con la gestión para vender a Djuka y fichar dos delanteros, la falta de alternativas convincentes por parte de la dirección deportiva ha propiciado una situación inmovilista. Bastante más delicada, eso sí, porque en este caso es el liderazgo del proyecto el que está en juego. El problema radica en una serie de propuestas, con experiencia en la categoría, pero de bajo perfil. Y el club, de cambiar, quiere hacerlo a un entrenador que ofrezca ciertas garantías y tenga una experiencia contrastada en Segunda.

Con todo ese movimiento en los despachos, David Gallego inició ayer la preparación del partido del viernes sin ninguna parafernalia. Con los jugadores ya camino del campo número 5, el técnico fue uno de los últimos en dejarse ver, saliendo a la carrera hacia el entrenamiento desde el vestuario de los entrenadores. Luego, en el campo, en la fase de apertura de la sesión, se le vio en todo momento en compañía de Toni Clavero, su mano derecha y la persona de su mayor confianza en el club. El técnico dialogaba, con algún aspaviento y rostro serio, mientras su segundo le escuchaba atentamente. Así se consumió el calentamiento del primer equipo y los rondos. Javi Rico, por su parte, se encontraba en las oficinas de Mareo.

El ambiente que recibirá el viernes al técnico no será tampoco favorable, vista la despedida que le tributó El Molinón tras la victoria ante el Ceares, aunque Gallego conserve todavía la simpatía de algún sector del sportinguismo. La lapidaria crisis de resultados que se ha desatado en los dos últimos meses, con dos puntos conseguidos de los veintisiete últimos y nueve jornadas consecutivas ya sin ganar en la Liga, han dilapidado el crédito que se había ganado. Pasado mañana se espera una entrada floja, en un partido que el Sporting necesita con urgencia sacar adelante para alejar el riesgo del descenso, a cuatro puntos.

Sin respaldo

Sin el respaldo ya de su principal avalista, David Gallego se encuentra en uno de los momentos más difíciles de su carrera deportiva, pero con una última posibilidad de revertir su situación. Un triunfo del Sporting este viernes, si además se acompaña de una buena imagen, provocaría un escenario muy favorable para la continuidad del entrenador, al que le quedaría el partido de Copa del Rey del miércoles ante el Alcorcón y el desplazamiento a Ibiza, el próximo sábado, para terminar el año. Aún así, Rico es partidario de la destitución, pero sería muy difícil de justificar con un triunfo ante el Huesca. En ese sentido, la labor del director deportivo del Sporting sigue, tratando de gestionar una alternativa que satisfaga en el consejo de administración, consciente de que está ante la decisión más importante de toda la temporada.

Rico empezó la ronda de contactos con distintos entrenadores tras la rueda de prensa en la que manifestó su apoyo al cuerpo técnico. A partir de ahí, el director deportivo gijonés se reunió con un entrenador al menos y con los representantes de otros, en Asturias y en otras comunidades. De los resultados de sus gestiones, en todo caso, solo convencía el nombre de Sergio González, que se encuentra sin equipo tras dirigir al Valladolid en Primera en los últimos años, siendo un elemento clave en aquel impensable último ascenso exprés de los pucelanos.

El entrenador catalán, sin embargo, mostró su deseo de esperar por una alternativa de Primera, y también entendía que el proyecto necesita refuerzos para su forma de entender el fútbol. Además de un atacante -la única incorporación que en principio realizará el club en enero-, el técnico contemplaba un mediocentro. Con todo, la gestión no se interpretó más allá de una toma de contacto por parte del entorno del entrenador, sin entrar en detalles económicos ni otras cuestiones. También recepcionó un ofrecimiento del entorno de Paco Jémez, que siempre ha visto con buenos ojos el Sporting.

El director deportivo confía en poder avanzar y cerrar alguna de sus opciones en estos próximos días, a la espera de ver el desarrollo de la jornada del Sporting y de tener el respaldo del consejo de administración, mientras que David Gallego se concentra en sacar adelante el partido de pasado mañana frente al Huesca. Durante noventa minutos, su puesto, en el alambre.