Sobre la bocina, cuando ya se oteaban los penaltis tras 120 minutos de fútbol norteño y puro en Beasain, Cristo levantó la mano e invitó al Sporting a otra ronda de la Copa. La igualdad se alargó más de la cuenta porque el equipo ... guipuzcoano, frenético y duro de pelar durante más de una hora de juego, no se venció hasta el último suspiro. Aunque los gijoneses, erráticos en los dos goles rivales, pero merecedores de un triunfo holgado, habían cosechado para vencer con tranquilidad. Y sin tanto desgaste para los cuarenta sportinguistas que les vieron en directo.
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Abelardo buscó refrescar piernas y arriesgó en el diseño del once copero, exprimiendo al máximo la normativa con su sacudida. De partida calzó a Jordi Pola, Queipo, Diego Sánchez y Nacho Martín. Siete fichas profesionales, el mínimo permitido, salieron a jugar. Todos los radares de técnicos y auxiliares se activaron para evitar la alineación indebida ante un imprevisto por lesión o sanción de los veteranos. Por lo demás, la presencia de 'Milo' y Djuka, compinches balcánicos al ataque, dio volumen al planteamiento de Abelardo. Cuéllar se estrenó como titular este año.
El Sporting trató de bajar la pelota y desgastar con toque. A ritmo de galeras. Pero los guipuzcoanos, comandados por Iván Claver, su capitán y futbolista más destacado, saludaron con un zurriagazo suyo al larguero. Cuéllar suspiró con su volada hacia atrás. Se encendió Beasain. Pero una emboscada rápida del Sporting, respondón un pestañeo después, terminó en remate cruzado de Djuka. Bingo. El '23' volvió a marcar casi tres meses después de su último gol. Y lanzó a los gijoneses, vencedores en el arranque, pero muy exigidos.
En un rectángulo estrecho, agobiante, el partido siguió desbocado pese al martillazo de Djuka. El Beasain apretaba los dientes en la estrategia y en las contras, persiguiendo el aire detrás de la adelantada defensa del Sporting. Cambios de juego, balones directos a Beñat Eizagirre, su bandera. Motivados ante su gente, siguiendo el partido en la grada y en la terraza de casa. Incluso en un gimnasio cercano con vistas al campo. Djuka andaba pasado de revoluciones y Abelardo le tranquilizó cerca del banquillo. Sudaba la gota gorda el equipo de 'El Pitu' para esposar al Beasain, conjunto de Segunda RFEF. Pero un hueso en su territorio, campo artificial abonado para el ida y vuelta. Volaba el balón. Por su banda derecha, la izquierda del Sporting, el Beasain generó mucho atragantón a los gijoneses. De ahí salieron un par de peligrosas ocasiones antes del gol de Cristian Sanz, que empató, cómo no, en un saque de esquina. El '20' local embistió con furia cerca del primer palo, instintivo, y venció a Cuéllar.
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Javier Barrio
El guión se endureció, con los locales volcánicos ante el calor de su afición. Con todo, Djuka pudo irse al descanso con un doblete. Remató de primeras un centro de Diego Sánchez. Pero Artexe, bien atornillado, lo detuvo. Ya para entonces 'Milo' parecía tener algún problema físico. Aguantó. A Christian Rivera le cogió la matrícula el Beasain por un intercambio de palabras con el línea y el banquillo de casa.
El Sporting regresó del intermedio tuneado. Aitor volvió a la competición, relevo de Queipo, y 'Milo', con un posible problema muscular, dejó su lugar a Campuzano. Claver volvió pidiendo un penalti inexistente. Los cambios empujaron al Sporting. Y Jordan Carrillo, más suelto, empezó a entrar en calor.
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Pero cuando más espabilaba el equipo de Abelardo, el equipo se enredó en el área y Markel Pita controló en una melé y reventó la portería de Cuéllar con un cañonazo de derechas. La coyuntura forzó a 'El Pitu' a abrir la despensa y sacar al ruedo a Zarfino, convaleciente. Diego Sánchez se lanzó al suelo para apagar otro incendio cuando Lorea ya se relamía en el segundo palo después de otra emboscada.
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El Sporting adelantó todavía más su campo base, con el Beasain encastillado. Aitor García aceleraba por la banda izquierda, a la que se alistó Cote por Jordi Pola, desubicado en el segundo gol de casa. Diego Sánchez pasó a jugar de improvisado central. Y cumplió, meritorio. El Municipal de Loinatz se inclinó, cuesta abajo para el Sporting, al toque de corneta Aitor. El extremo fue una guindilla y un incordio para los guipuzcoanos. Djuka estuvo a un tris de empatar. Más clara fue una volea de Carrillo que se largó fuera. Y con tanta insistencia, empotrado el Beasain, un estupendo centro de Cote lo remató a gol Rivera. Abelardo apretó más con Cristo por Djuka. Zarfino acarició el gol en un potente centro de Carrillo, pero no pudo domar el balón. Al uruguayo le anularon más tarde un gol.
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La embestida final del Sporting no tuvo premio, sin poder regatear el extra de la prórroga, a la que entró excitado por la arenga de Izquierdoz. Otero, que pudo cantar bingo en su ingreso, saltó al verde poco después. Zarfino se fue al ataque. Y Rivera se quedó de escoba para todo, auxiliado a veces por Otero o por Guille. Ofensiva absoluta, salvando Artexe al Beasain, que suspiraba ya por los penaltis. Pero llegó Cristo para invitar a la ronda.
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