Final: Córdoba 1-1 Sporting de Gijón | Dotor salva otro invento de Rubén Albés

No está siendo sencillo encontrar explicaciones a los partidos que plantea últimamente Rubén Albés. El preparador del Sporting de Gijón se equivoco estrepitosamente en su planteamiento en Córdoba. Lo solucionó al descanso poniendo cierta coherencia sobre el terreno de juego.

El experimento del preparador, intentando encontrar la victoria, sacó de posición a varios futbolistas que se vieron perdidos sobre el verde el Nuevo Arcángel. Gaspar Campos jugó por detrás de Otero y Dubasin y no se enteró de nada. Además, Gelabert estuvo muy precipitado con el balón en los pies y Martín no paró de correr por detrás del balón.

Con el Sporting fuera de sitio, el Córdoba fue mejor. No generó demasiado peligro, pero se mereció ir al descanso por delante en el marcador. Lo logró con un tanto polémico de Albarrán. Su compañero Rubén Alves quedó en posición antirreglamentaria en el instante del disparo. Nadie vio nada.

Tampoco se vio el posible penalti cometido a Diego Sánchez. El central, que jugó de lateral por momentos, recibió un golpe en la cabeza justo después de tocar el balón. Se paró el encuentro por el golpe en la cabeza de Alves y Diego, pero el VA tampoco vio la discutible infracción.

La primera parte del Sporting fue para olvidar. Fea de ver. Incluso difícil de digerir. Pocos serán los que sigan soñando con que es posible que este equipo termine entre los seis primeros. Quedan pocos motivos. Porque este equipo no le gana a nadie.

El equipo de Albés no pierde, pero tampoco gana. Y eso genera una situación de impotencia más propia de un equipo mediocre de Segunda División.

Tras el descanso, el entrenador puso criterio sobre el campo. El que le faltó para elegir el once inicial. Al menos puso a sus futbolistas en sus sitio. Y además dio entrada al mejor rojiblanco de las dos últimas semanas: Carlos Dotor.

El centrocampista cambió el partido. Fue el mejor. Jugó por detrás de Caicedo y fue clave en todas la acciones de peligro de los rojiblancos. Incluso empató a falta de cinco minutos para el final.

Un centro de Pablo García, cuyas suplencias son dignas de estudio, lo cabeceó Dotor para evitar una derrota que hubiera sido dolorosa. El empate no saca al Sporting de pobre, pero al menos no vuelve a Gijón de vacío.

No queda más que asumir que la temporada está finiquitada a mediados del mes de marzo. Este equipo no da para más. Pese a que tenga momentos estelares de juego como en la primera parte ante el Almería, luego tiene pérdidas de memoria que castigan y mucho. Como es normal.

La irregular temporada del Sporting tiene como consecuencia que el equipo siga y vaya terminar en tierra de nadie. Habrá que quedarse con ilusionarse cada fin de semana. Pero que la victoria llegue ya, que sino el sportinguismo terminará hastiado con su equipo.

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