Christian: sangre cubana, genio de la cuenca

Aunque Christian Joel -el protagonista inesperado del derbi de pasado mañana (El Molinón, 18.30 horas)- naciera en La Habana, su vida y su carácter están profundamente marcados por la cuenca del Nalón. En el pueblo de Ciaño creció, después de llegar con sus padres desde Cuba con cinco años, y cerca del mítico Pozu María Luisa sigue viviendo. Sus genes cubanos conviven con una personalidad muy marcada, forjada en una sociedad post-minería. «No ha cambiado nada. Sigue teniendo a sus amigos de siempre, sus costumbres de siempre, y tiene mucho cariño por la cuenca», destacan desde su entorno en la cuenta atrás hacia su reto más exigente como profesional. «Está preparado de sobra para lo que le viene este sábado; lo que hay es que darle esa oportunidad», añade convencido Pablo Amez Castaño, 'Uso', el primer entrenador de porteros que tuvo el portero del Sporting. Fue en el benjamín del Alcázar, el equipo de Sama.

Pero su relación con el balón no empezó en el pueblo vecino, sino en el propio Ciaño. «En el San Esteban», apunta con orgullo Ramón Secades, presidente del club en el que Christian empezó a dar sus primeros pasos. «Lo tuvimos solo un año, en pista, en el polideportivo. Yo estoy siempre en el campo y apenas lo vi jugar en aquella época de pista, pero claro que lo conozco. Es un orgullo para el pueblo que vaya a jugar un derbi porque, además de ser un gran deportista, es un buen chaval. Voy a estar como un clavo delante de la televisión el sábado para ver el partido. A ver si logran ganar», cruza los dedos este langreano, de 84 años, mientras saluda a las nuevas generaciones que van a entrenar al Campo Ramón Secades.

Hijo de deportistas (su padre, Joel, fue portero internacional en Cuba y su madre, Yisel, futbolista y ciclista), la relación de Christian Joel y la portería fue casual. Jugaba en el San Esteban cuando dio el paso 'atrás'. «Christian era futbolista de campo, pero un compañero se puso malo y el entrenador lo puso de portero», recuerdan desde su familia. Ya no se movería de ahí. Al poco llegaría la Selección Asturiana y, por este orden, el Alcázar, el Roces y, por fin, el Sporting, captado por Rogelio García.

A los 24 años, con un físico privilegiado, el portero llega a esta cita después de dos temporadas de mudanzas, buscándose las habichuelas fuera. Porque en el Sporting, desde que debutase en 2019 ante el Cádiz, apenas ha tenido oportunidades. Este año solo ha jugado los dos partidos de Copa y los minutos finales de La Romareda, evitando por dos veces el cuarto gol del Zaragoza. En total, solo ha podido competir en 11 partidos como rojiblanco en cuatro años y medio. Pero, entre medias, salió en busca de fortuna como cedido al AEK Larnaka de Chipre, en una cesión exitosa, y al Celta B, lo que le permitió entrar en alguna convocatoria con el primer equipo celeste.

«Christian es especial. De niño veías que era muy diferente, muy serio, sin miedo a nada. Está preparado y es un orgullo para todos los que lo conocemos, pero le tenían que haber dado la oportunidad antes. Los porteros tienen que jugar, necesitan que alguien apueste por ellos, y Christian es un portento», valora 'Uso', quien también estuvo como entrenador de porteros en Mareo.

Orgulloso, nervioso, más atento que nunca al partido, estará su hermano pequeño Jonathan, quien empieza a asomar la cabeza a sus 18 años -también como portero- en el Sporting C. Curiosamente, los dos coincidieron ya esta temporada en algún entrenamiento del primer equipo. «Se adoran, Jonathan es su ojito derecho», coinciden desde su entorno. «Te quiero 'Jota Jota'», le dijo Christian a su hermano pequeño cuando cumplió años hace unos meses. Pasado mañana, con el hormigueo en el cuerpo, Jonathan vivirá otro partido distinto desde la grada de El Molinón.

«A Christian le diría que disfrute, es su momento y tiene que disfrutarlo porque lo va a hacer bien. Tiene unas condiciones espectaculares, es un bicho», machaca 'Uso'. A un kilómetro de Sama, lo ven con la misma ilusión: «Para el San Esteban es un honor. Le veo paseando algunas veces con los perros y sigue siendo un guaje cercano y cariñoso con todo el mundo. Va a aprovechar esta oportunidad. Ya lo verá».

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