Christian Rivera se enfrenta a su pasado en busca de un estreno triunfal en los derbis

Más de un lustro después de dejar el Carlos Tartiere, su trampolín hacia Primera de la mano del Eibar, el pivote gijonés se enfrentará al Oviedo enfundado en la camiseta del Sporting. Trasladará al escenario futbolístico por antonomasia de su ciudad natal esa rivalidad que incubó a lo largo de su prometedora escalada en la cantera rojiblanca. Un reencuentro con su pasado azul y un viaje a sus orígenes, a los decisivos derbis de canteras en los que estaban en juego un altísimo porcentaje del campeón liguero. Salió triunfador de la mayoría, como eje de una generación en la que compartía puente de mando con Pablo Álvarez antes de que el mediocentro langreano pusiese rumbo a Villarreal y con Cris Montes como estilete en campo contrario.

Presente en las siete alineaciones de José Luis Martí en su reencuentro a las órdenes del entrenador balear, que ya le había dirigido en Montilivi, una lumbalgia torpedeó el pasado mes de octubre su primera oportunidad de estrenarse en un derbi con la primera plantilla del Sporting. Esa dolencia, que enlazó después con una tendinitis del flexor del primer dedo del pie izquierdo, frustró su regreso al Carlos Tartiere y estiró el ostracismo con el que tuvo que lidiar en el tramo inicial de la temporada.

El buen nivel mostrado por el doble pivote implantado por David Gallego en el brillante arranque de temporada, pero especialmente sus recurrentes contratiempos físicos le dejaron casi inédito en la primera vuelta liguera, con su primera titularidad demorada hasta la decimosexta jornada debido al estreno de Gragera con España Sub 21,

Apuesta firme de la dirección deportiva, la continuidad que ha alcanzado desde el pasado mes de enero augura su anhelado estreno en un derbi. Aunque su influencia en el juego se ha atenuado en las últimas semanas, en las que se ha alejado de la brillantez mostrada en el inicio de 2022, salvo sorpresa será el ancla en el centro del campo sportinguista en su segundo duelo como profesional contra el Oviedo. El primero, disputado como pivote del Barcelona B en el Carlos Tartiere, concluyó con empate sin goles. Ahora, vestido de rojiblanco, busca resarcirse con un estreno triunfal en casa.