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Una de las jugadas que acabó con gol del Racing.

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Una de las jugadas que acabó con gol del Racing. Arnaldo García
Racing 2-0 Sporting

Caída con todo el equipo

Un mal despertar del Sporting en El Sardinero, recibiendo dos goles en la primera mitad, condena al equipo en Santander y agrava la crisis del proyecto

Javier Barrio

Gijón

Sábado, 14 de enero 2023, 20:49

A un Sporting que inició terrible, sin defensa física ni conceptual, le sucedió otro tras el descanso una pizca más meritorio. Pero sin tiempo ni fútbol para enmendar el estropicio de consideración perpetrado por su hermano. El equipo tiene un problemón, encajado en la parte media baja, mirando más al descenso, con discusión interna sobre Abelardo y una victoria en doce partidos, abofeteado ayer por el Racing de José Alberto. Un oponente superior y que le barrió del partido en los primeros cuarenta y cinco minutos. Con orden y una tapia en la estrategia -trece saques de esquina botaron los rojiblancos- le bastó para sostener su ventaja.

La 'Mareona' despidió a los suyos con una bronca de órdago, herida en el orgullo tras una dinámica de malos resultados en la Liga interminable. Doce jornadas y una victoria. Y mucho ruido de sables entre bambalinas. El mal despertar de ayer dejó al equipo patas arriba, aunque mereció al menos un gol que no le habría sacado de pobre en El Sardinero.

Racing

Parera; Dani Fernández, Germán, Rubén Alves, Saúl; Sainz-Maza, Aldasoro (Tienza, m. 88); Mboula (Yeray, m. 74), Pombo (Arturo, m. 83), Vicente (Moreno, m. 88); y Matheus (Cedric, m. 83).

2

-

0

Sporting

Cuéllar; Gragera, Bruno (Cristo, m. 33), Insua; Guille Rosas, Pedro Díaz (Rivera, m. 33), Nacho Martín (Zarfino, m. 46), Diego Sánchez; Juan Otero, Milovanovic (Jordan, m. 64) y Aitor (Jony, m. 46).

  • Goles 1-0: minuto 12, Mboula. 2-0: minuto 24, Matheus.

  • Árbitro Moreno Aragón, del Comité Madrileño. Amonestó a los locales Dani Fernández y Sainz-Maza; y a los visitantes Juan Otero y Zarfino.

  • Incidencias 16 grados centígrados al inicio del partido, con algo de viento. Sainz-Maza y Cuéllar, capitanes. Sacó el Racing.

El partido salió frenético, sin que el Sporting se atornillase bien y le cogiera el tranquillo, inferior en el centro del campo por la movilidad local y oxidado en casi todos los frentes. Y un manojo de nervios con el balón en los pies para redondear. El Racing mandaba con holgura. Aunque fue 'Milo' el primero en dar las luces largas, sin querer, a Parera. La salida del prometedor Sainz-Maza rebotó contra el delantero serbio y casi revienta de potra la portería local. Un susto cruel para el Racing dentro de un malísimo arranque gijonés, con el sonajero todo el tiempo y Abelardo jurando en arameo.

El Sporting, descompensado, se metió en otro lío tras un 'gallo' de Gragera, otra vez cosido al trío de centrales. Cuéllar, con tajo, estiró la pierna y sacó la lengua a Matheus en el uno contra uno. Resoplaron los casi 4.000 sportinguistas presentes, con un ambiente imponente, pero que se fue congelando por el repaso del Racing. 'Cali' Izquierdoz y Zarfino se mordían las ganas y la rabia en el banquillo.

Cristo y Rivera, al campo

La colleja era cuestión de tiempo. Y al espantoso comienzo del Sporting lo castigó finalmente un gol 'messiánico' de Jordi Mboula, al que dejaron un largo pasillo y no le hizo ni falta acelerar el paso. El extremo atravesó todo el campo sin oposición, pisó la frontal y venció a Cuéllar en su segundo disparo. Desafinó el Sporting a coro, perdido en el partido, meneado por un buen Racing de Santander. Tenían el mando y las ocasiones los chicos de José Alberto, lanzados por Pombo y la velocidad de Mboula, aquel fichaje frustrado de Javi Rico. En cada contra silbaban las balas.

El Sporting tuvo unos minutos de gobierno de maquillaje, sin ver de cerca a Parera, hasta que el Racing volvió a salir de cacería por su banda derecha. Bruno regresaba a su cuadrícula, Gragera corría a corregir y, en el cambio, Dani Fernández metió un pase a Matheus, que pateó desde media distancia y cantó bingo. Segundo castañazo. Cristo y Christian Rivera se dirigieron zumbando al rincón del calentamiento. Al Sporting se le iba el partido. Y no había ni amago de rebelión. A grandes males, los grandes remedios de Abelardo fueron el reclutamiento de estos dos jugadores por Bruno y Pedro Díaz, descabalgados. Todo encajó en un nuevo traje, con el sistema de los dos delanteros. Una corrección de emergencia.

Mejoró algo el Sporting, pero ya había entregado mucho terreno. Y en cada acercamiento del Racing, por mínimo que fuera, se mascaba la tragedia. El equipo de 'El Pitu' era pura ternura atrás. Germán remató una falta al larguero cerca del descanso y disparó más el dramático papel del once gijonés, que había dejado de piedra a la 'Mareona'. Un centro-chut de Diego Sánchez sin mucha chicha fue lo único que echarse a la boca. Lo poco que tuvo que rebotar Parera.

De la caseta salió otro tuneo más, con Jony y Zarfino a la carga. El cangués empezó a rondar por la banda izquierda, con sus pateos combados. Una apertura de Rivera a Juan Otero presentó a un Sporting menos canijo y que tenía al sportinguismo de morros. Otero, torcido, y Zarfino presentaron al Sporting de la segunda mitad, que casi atacaba con cuatro delanteros. Los riesgos asumidos eran altísimos para el que iba con el viento en contra. Pero el Sporting, con tanto gatillo arriba, ya llegaba con una mejor visión. Jony se quedó a un tris del gol, pero el poste izquierdo de Parera escupió su cabezazo.

Abelardo dio otro volantazo al sistema cuando empujó a Jordan Carrillo al partido. De punta, con 'Milo' a la ducha, se quedaron Cristo y Otero. El Sporting se partió más en las idas. Pero también en las vueltas. Y Matheus, con Pombo de palanca, mantenía buenas piernas para correr. Los gijoneses desataron un bombardeo de saques de esquina y centros al área, siendo el más potable uno de Jony que no cazó Cristo por un meñique.

Cada cambio del Racing era un festejo, con Jony y Jordan tratando de reanimar al Sporting, más lanzado por la urgencia, pero sin mapa para encontrar a Parera. Un mal control de Zarfino ante el meta confirmó el espantoso día del Sporting, sentado en el diván. Cristo despidió al Sporting con una falta que merecía el gol, pero Parera se lo negó.

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