Una banda derecha a estrenar para Gallego

Guille Rosas (20 años) había tenido hasta su lesión del domingo -una posible rotura fibrilar que se confirmará en las próximas horas- una presentación y progresión posterior tan impactante como sorpresiva en el fútbol profesional, metido ya en la agenda internacional de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Lo de Nikola Cumic (22 años), mientras, fue un trayecto inestable con los extras a la dificultad de su juventud y primera experiencia en el extranjero. Pero, ya más familiarizado ahora con el idioma, Gijón y el fútbol español, arrancó 2021 con vigor y como solución por sus desmarques interiores a los contados (pero intencionados) pases largos que mandan los centrales y Javi Fuego. Una vía directa de difícil supervisión rival. La mezcla de los dos, potencia y bravura, por un lado, y velocidad y desequilibrio muy altos, en el otro, alcanzó su clímax en Las Gaunas. En el festival de Djuka, bien surtido por esa zona. Pero con ambos de baja, Gallego tiene que rearmar.

Aitor García, titular ya frente al Espanyol, y Bogdan, relevo de Guille Rosas tras su lesión en la segunda mitad del choque, apuntan descaradamente al once del domingo (El Toralín, 16 horas). Curiosamente no han coincidido todavía esta temporada corriendo por el mismo carril, siendo las parejas más repetidas Bogdan-Cumic (7 partidos) y Guille Rosas-Cumic (6). «Bogdan es un seguro, un futbolista que cumple siempre, muy disciplinado y que si puede, además, va a tratar de incorporarse al ataque, sin descuidar la espalda. Es un chico que lo da todo», valoran de él en Mareo. «Hace bien las cosas, es serio y da fortaleza defensiva», completa Miroslav Djukic, su avalista del año pasado.

2024 y 2025

De su solvencia y juventud, acompañada del fenómeno Guille Rosas, se entiende la tranquilidad que se palpa en Mareo con el lateral derecho, con contratos hasta 2024 (Bogdan) y 2025 (Rosas). Debutante el año pasado en El Molinón frente al Elche, el internacional Sub 21 por Ucrania ha disputado unos 909 minutos del curso, compartidos con Gaspar y el propio Cumic. Nunca con Aitor. La explicación hay que buscarla en que el onubense únicamente ha jugado cuatro veces en la banda derecha dentro de veintisiete jornadas. Casi siempre ha corrido por la izquierda. Incluso como segundo punta. Es una navaja suiza en el ataque de David Gallego.

A Aitor, algo más apagado este año que en su temporada y media anterior, le allana el camino en esta elección su velocidad y su buen dominio de las dos piernas, herencia de los entrenamientos que hacía de niño junto a su padre. «Yo soy un jugador que juega con ambas piernas. No creo que el míster me ponga en la izquierda para que me meta para dentro, o por la derecha para que centre. Creo que buscan en mí tanto centro como finalización y velocidad. Yo, jugando en la banda que el míster quiera, siempre intentaré dar lo mejor. Me siento cómodo en ambas partes del campo», razona el extremo onubense.

Los dos examinarán la estabilidad de su nueva unión en un partido crucial. En el vestuario de Mareo llevan toda la semana concienciados del extraordinario botín que se pone en juego en El Toralín. Un triunfo dispararía a los gijoneses, con mucho camino recorrido para asegurar el 'play off', nueve puntos de ventaja sobre la 'Ponfe'. Y el Mirandés, el siguiente en la tabla, visitando Santo Domingo de lunes.