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La penúltima cita de la temporada en El Molinón para la afición del Sporting se presentaba con un panorama de incertidumbre sobre el futuro del equipo en la categoría. Sin embargo, los sportinguistas se acercaban al estadio gijonés con una fe ciega en el equipo y, sobre todo, en lo que Abelardo puede sacar de los jugadores. La tónica general era la esperanza en la salvación, que finalmente está más cerca con la victoria lograda ayer sobre el Girona.
«Tenemos miedo, pero también confianza en 'El Pitu'», aseguraba Daniel Álvarez, que acudía a la cita con la familia desde Avilés, entre la que se encuentra el ovetense Celestino Fernández, que pese a su origen se manifiesta «del Sporting de toda la vida». «Ya quisieran muchos equipos de España tener la afición que tiene este equipo», afirmaba. Los más pequeños de la familia, Alain y las niñas Llara y Lua mostraban orgullosas el dorsal de sus camisetas rojiblancas, con sus nombres serigrafiados.
«Venimos a animar y a lograr mantenernos, que ye una vergüenza estar como estamos con un equipo hecho para ascender», reflexionaba José Manuel García. Desde Pillarno, en Castrillón, les acompañaba Flor Álvarez, también confiada en la salvación.
Desde la cuenca del Caudal, fieles a su cita con el Sporting, acudían al Molinón las entreguinas Pilar Ayuso, Celia Villabrille y Laura Fernández, acompañadas por el gijonés Alejandro Castelao. «Optimistas, pero con miedo», iban ayer al partido. «Esperamos que lo den todo para salvar la categoría y confiamos plenamente en ellos», afirmaban estas socias del Sporting.
«Qué remedio», expresan al unísono los gijoneses Dani Vecino, Rubén Becares e Ignacio Bellón, sobre su intención de animar al Sporting en su penúltimo duelo en el estadio gijonés. «Es lo que hay que hacer, pero la verdad es que no se lo merecen porque la situación es muy complicada», afirman. Pese a todo, confían plenamente en la salvación de la categoría, «aunque sea con sufrimiento». Otro gijonés, Alberto López, también tenía claro su apoyo a los rojiblancos. «Hoy estoy a muerte con el Sporting y hasta que se logre el objetivo. Entonces será el momento de ir a por el otro objetivo, que es sacar a la directiva, pero eso, al final», aseguraba tajante.
De la misma opinión se mostraron un grupo de gijoneses integrantes de la charanga 'Los Collacios'. «Animar siempre, ya habrá tiempo de recriminar, ahora no vale para nada protestar», explica Cristina Piñera, que acudió al estadio acompañada de Andrea Gómez, Estela Zapico, la pequeña Llara Balmori, José Balmori y María Jesús García.
Desde Gerona llegaron ayer a animar a su equipo Albert Joanola Quintana, Daniel Cantarino Fernández y Andrea Santjaume Costa. Siguen al Girona por toda España y llegaron a la villa de Jovellanos con mucho respeto por el rival, al igual que hacen por el resto de campos de la categoría. «Venimos con ganas de ganar, aunque nos sabría muy mal que empeorara la situación clasificatoria del Sporting», comentan al tiempo que afirmaban no tener ningún tipo de resquemor con el sportinguismo por algunas de las circunstancias acontecidas entre ambos equipos en temporadas prretéritas.
Aunque la jornada dominical, con una temperatura más veraniega que primaveral, invitaba a disfrutar del aire libre, tardó en acercarse al municipal gijonés la afición local. Tampoco el horario del partido era el más propicio, ya que gran parte de los espectadores se acercaron al estadio pasadas las tres y media de la tarde. Por eso, la llegada del bus con la plantilla rojiblanca, que se produjo una hora antes, pasó casi inadvertida. Solo a su entrada a los bajos del estadio recibieron los ánimos de los más incondicionales, unas decenas de personas. Los mismos que, minutos antes, habían recibido al coche en el que llegaba el equipo arbitral con unos discretos silbidos para entrar en ambiente.
Mientras los más rezagados aún compraban en las taquillas sus entradas, empezaron a concentrarse aficionados que respondían a una convocatoria realizada a través de las redes sociales para protestar contra la gestión del club. Con el despliegue de una larga pancarta con el lema «Fernández vete ya», comenzó a aumentar la concurrencia. Entonces comenzaron las consignas de protesta contra la directiva del club. Desde los cánticos de «somos nosotros, Sporting somos nosotros» o «directiva, dimisión» y «Sporting libre ya», también se pasó a los insultos directos al presidente del club y a su junta.
Se lanzaron unos cuantos sonoros petardos, que hicieron salir de su furgoneta a los agentes de la policía nacional que estaban vigilando la concentración. Al sonido de los cánticos de protesta se fue acercando cada vez más gente al entorno de las taquillas del estadio y los manifestantes llegaron a alcanzar el medio millar. Al final, la concentración transcurrió con normalidad y se disolvió cuando llegó la hora de acceder al estadio.
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