Adolfo Mariño: «Fernando Fueyo era un gran paisano»

Fue el recuerdo para el hombre que dedicó más de veinte años a la labor de capellán sportinguista y al que ayer se le hizo un hueco de honor en un acto en el que siempre era protagonista.

No fue la única cuestión que destacó Adolfo Mariño durante su discurso. Nacido en Avilés pero sportinguista confeso, el abad de Covadonga bromeó con la plantilla afirmando que la foto que se hicieron bajo la estatua de Pelayo era «la de Primera, y quien lo dude no sale en la foto».

El responsable del Santuario de Covadonga puso el foco en la afición del Sporting, miles de personas que «siempre están, a las duras y a las maduras. Os podéis sentir orgullosos. Depositamos en vuestras manos, en vuestras cabezas y en vuestros pies la esperanza de luchar bien y subir a Primera División, es nuestro deseo».

Adolfo Mariño elogió la potenciación del equipo por encima de lo individual como forma má segura de conseguir los objetivos y tuvo también palabras cercanas para México, país del que es originario el propietario del club. «En la basílica tenemos todas las banderas de Latinoamérica. Asturias es un pueblo de emigración. Es una relación nunca olvidada», afirmó. Diego Mariño y Diego Sánchez fueron los encargados de hacer la ofrenda a la Santina. Los jugadores colocaron un balón y una camiseta a los pies de la virgen de Covadonga.