1.765 días después, 'Pichu' Cuéllar

Entonces ya no le dirigía José Luis Martí, destituido un par de meses antes como entrenador del Leganés y que conoce al dedillo a Cuéllar, su portero titular durante su estancia en Butarque. «Tenemos la capacidad de sustituir a Diego (Mariño) con 'Pichu', que es un competidor nato, que nos transmite tranquilidad, y estamos confiados en que va a rendir a un buen nivel», destacó ayer Martí, cariñoso, al mismo tiempo, con Mariño, santo y seña del Sporting en los últimos tiempos: «Diego está fastidiado por no poder participar. Es una lesión mínima y esperamos que se recupere».

El posible relevo en la portería, adelantado ayer por EL COMERCIO en su edición impresa, supone un duro revés para el gallego, decisivo y ganador de muchos puntos en los últimos años, y que atraviesa un momento profesional difícil. Pero brinda la primera oportunidad del año para Cuéllar. «Debemos de apartar las cosas tóxicas que nos limitan y centrarnos en el presente, en que, pase lo que pase, debemos de estar juntos», pidió hace una semana en un llamamiento a la afición. Noventa minutos después, el Sporting está peor de lo que estaba, con cuatro derrotas consecutivas, Martí cuestionado sin casi haber podido deshacer la maleta y con la Real B acechando a menos de cinco puntos. Y en la hora más oscura, el extremeño regresará.

Esa «resiliencia» de la que hablaba Cuéllar bien podría ser el eslogan de su carrera en el Sporting, con el que vivió seis temporadas en Primera y tres en Segunda a toda mecha. Con el que superó una rotura de peroné en la pierna derecha y otra del ligamento cruzado, en la izquierda. Con el que bajó, cicatrizó, y se levantó como uno de los líderes en el espectacular ascenso de los 'guajes'. Pero, con el último descenso a Segunda, se trasladó a Leganés. Al Sur de Madrid. La capital ya la conocía de sobra, desde su llegada con 18 años al Atlético de Madrid desde su Mérida natal. Pero Gijón, donde creció y maduró con Manolo Preciado y se coronó con Abelardo, y donde conoció a su mujer, siendo padres los dos de una niña y un niño, se le metió en la sangre.

«Mi objetivo, dar lo mejor»

Temperamental, explosivo, ganador, espontáneo y metódico, ya con 37 años (en mayo cumplirá los 38), el presidente Javier Fernández le recuperó este verano en una gestión personal. Una conversación de tú a tú, en la búsqueda de un jugador veterano de guerra y de carácter, conocedor de todos los entresijos de Mareo y cómodo con la presión de El Molinón, asumiendo su rol inicial de suplente en silencio. La propia plantilla reconoció su ascendiente de inmediato y le situó como uno de los capitanes. Siete meses después, saboteado su previsible debut en la Copa por una rotura de fibras y, después, por la covid, Cuéllar se atornillará a la portería del Sporting. «Mi objetivo es dar lo mejor de mí en el día a día, estar al máximo nivel el mayor tiempo posible», anunció en una entrevista con EL COMERCIO, en 'Sporting Hoy', en septiembre.