Alerta por medusas en la playa de Poniente de Gijón

Vuelven las medusas a las playas: esto es lo que tienes que hacer y lo que no si te las encuentras

Estas células ponen en jaque cada año a cientos de bañistas ya que su picadura puede ser muy urticante

Jueves, 1 de agosto 2024, 19:36

Apenas son unas cuantas células compuestas de agua y sin cerebro que cada verano inundan los mares y proliferan como consecuencia del calentamiento global. Las medusas tienen un papel clave en los océanos y se las considera las guardianas de ellos ya que, con su existencia, estos sorprendentes y fascinantes organismos ayudan a controlar el ecosistema marino e impiden que especies invasoras de peces se adueñen de todo.

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Así, modifican la cantidad de plancton que hay en el mar para que este no sea solamente una sopa de microorganismos y pueda haber más vida, pero, en ocasiones, pueden suponer un momento incómodo para aquellos bañistas que quieren disfrutar de un buen chapuzón en el mar.

Encontrar una no es difícil ya que en las últimas décadas su forma de migración ha mutado y cada vez es más fácil verlas en cualquier costa española haciendo que quien las vea tema su picadura ya que a veces puede llegar a ser muy urticante. Identificar qué tipos de medusas hay, cómo actuar ante una picadura y saber en qué playas son más frecuentes es primordial para evitar un susto al tomarse un baño.

La más pequeña, 1 milímetro

Las medusas llevan más de 500 millones de años en la tierra e incluso hay especies que se las considera potencialmente inmortales. Su picadura no siempre es urticante ya que muchas de ellas no hacen daño alguno ya que lo más común es que tan solo 25 especies sean las habituales de cada verano en el mar ordenadas de más urticante a menos por su picadura ya que estas células contienen un líquido que liberan a través de unos filamentos con espinas.

1. Cubomedusa o avispa de mar: su picadura es muy urticante y tiene un color transparente azulado. Se la localiza en el fondo del mar durante el día ya que es de noche cuando sale a la superficie.

2. Luminiscente: es de color rosado rojizo y abunda en el Mediterráneo occidental.

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3. Acalefo radiado o compás: tiene la umbrela de color blanco amarillento y se la diferencia por sus 16 bandas marrones y por sus 24 tentáculos largos y finos.

4. Medusa cruz: es transparente con unos tentáculos de color azul o burdeos. Tiene una pigmentación fluorescente que la hace visible de noche.

5. Medusa de rayas naranjas: puede llegar a tener hasta 90 tentáculos con ventosas por lo que es normal verlas adheridas a algas marinas.

6. Carabela portuguesa: es una colonia flotante con una cámara de gas, violeta y translúcida. Es nativa del Atlántico, pero puede verse en otros mares.

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7. Pelagia benovici: se descubrió en 2014 y desde entonces no ha habido registros de ella.

8. Drymonema dalmatium: es la más grande del Mediterráneo y la menos conocida. Puede llegar a pesar 25 kg y su picadura es muy urticante.

9. Rhopilema nomadica: es de color azul y transparente con ocho brazos y numerosos tentáculos. Proviene del Indo-Pacífico, pero se ha introducido en aguas del Mediterráneo.

10. Acalefo azul: su picadura no es muy urticante, pero suele estar cerca de las superficies por lo que es frecuente encontrarla.

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11. Rhizostoma luteum: puede encontrarse sola o formando enjambres. No posee tentáculos marginales y tiene ocho brazos de color grisáceo.

12. Huevo frito: es muy frecuente durante el verano y prefiere las aguas cálidas. Esta medusa es de forma aplanada y de color marrón amarillento.

13. Medusa luna o común: Se trata de una especie presente en todos los mares del mundo. Tiene forma de plato con cuatro órganos reproductores de color púrpura en forma de herradura y es poco urticante al igual que la huevo frito.

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14. Discomedusa lobata: es aplanada y con las gónadas visibles. Su picadura es poco urticante.

15. Aequorea: de color azul es más visible en primavera y su picadura no produce mucha urticaria.

16. Velella púrpura: es habitual del final del invierno e inicio de primavera. Tiene forma de disco con forma de vela. Su color es azul y es poco urticante.

17. Botón azul: es una hidromedusa de color azul intenso. Vive en mar abierto, pero puede encontrarse en zonas costeras.

18. Pandea cónica: Hidromedusa con tentáculos largos que utiliza para capturar presas gelatinosas. Las gónadas rojizas se pueden ver a través de la umbrela. Es común encontrarlas en aguas superficiales.

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19. De lunares blancos: es una medusa invasora ya que proviene del Indo-Pacífico. Entró por el Mediterráneo a través del Canal de Suez, aunque es poco urticante.

20. Cassiopea andromeda: es conocida como la medusa invertida ya que parece que está al revés de las otras especies. Se introdujo por el Mediterráneo oriental y es poco urticante.

21. Catostylus tagi: Tiene una umbrela semiesférica de coloración amarillenta, blanca azulada o a veces marrón suele observarse de forma solitaria y llega al Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar.

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22. Marivagia stellata: Especie nativa del Indo-Pacífico introducida en el Mediterráneo. Con umbrela translúcida blanca azulada, cuenta con ocho brazos orales sin tentáculos marginales y suele observarse de forma solitaria.

23. Medusa bombilla: no es nada urticante y se diferencia por su capacidad de bioluminiscencia. Tiene forma de bulbo y es una especie invasora ya que es nativa del Atlántico oriental.

24. Salpas: Son organismos translúcidos con un cuerpo en forma de barril. Forman cadenas que pueden tener siete o más metros de longitud y no es nada urticante.

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25. Medusa inmortal: su nombre se debe a que es capaz de volver el tiempo atrás cuando ya ha alcanzado su madurez sexual. Su picadura no es nada urticante.

Cómo actuar

Las picaduras de medusa suelen ser alarmantes y dolorosas por lo general así que es importante tener en cuenta la gravedad y la sensibilidad de cada persona. Existen diversos protocolos en función de la especie que haya producido la picadura y todos ellos enfocados en reducir la inflamación.

Sea cual sea la especie que te ha picado, se sigue el protocolo principal que consiste en quitar los restos de medusa con unas pinzas o con una tarjeta, lavar con agua de mar y aplicar hielo con descansos de dos minutos. Si la picadura fuera de la temida carabela portuguesa que ahora azota las costas españolas, o mejor es en lugar de hielo aplicar calor o meter en agua a 40ºC.

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Si la picadura fuera de la cubomedusa o también llamada avispa de mar, el protocolo cambia ya que lo mejor será lavarla con vinagre lo primero de todo y aplicar agua caliente. Si el dolor persistiera, será necesario buscar la ayuda de un profesional.

¿Qué no debes hacer nunca ante la picadura de una medusa?

Aunque pueda parecer que no, pueden llegar a ser peligrosas y, además de minimizar el dolor, hay que evitar las complicaciones de este tipo de picaduras ya que el veneno podría ser mortal.

- No rascar la zona ni frotar: esto aliviará la sensación de escozor, pero liberará más veneno de los tentáculos que hayan podido quedar adheridos y aumentar el riesgo de infección.

- No usar agua dulce para lavar la picadura: esto activa los cnidocitos, que son las células urticantes, y aumenta el dolor.

- No usar vinagre si no sabes qué tipo de medusa es: no ayuda para todas las medusas, así que lo mejor es evitarlo.

- No aplicar el hielo directamente: envolverlo mejor en un paño o aplicar compresas frías.

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- No sacar los tentáculos: es necesario extraerlos con algún objeto que no sea la mano ya que puedes sufrir picaduras.

La distribución de las medusas se da por todo el planeta ya que no tienen un origen cierto. Sus hábitats marinos son las costas y estuarios, de donde son muy comunes de encontrar ya que la mezcla entre agua dulce y salada crea condiciones favorables para su desarrollo. También habitan en aguas abiertas, desplazándose con las corrientes y en aguas profundas, como las medusas peine, que se adaptan a la oscuridad y presión propias de esas zonas.

La disponibilidad de alimentos es fundamental para su distribución y, aunque prefieren las aguas templadas y cálidas, se adaptan perfectamente a las frías como se ha podido comprobar en los últimos días donde las carabelas portuguesas inundaban las costas asturianas.

Para saber dónde se ubican las medusas, existe una aplicación llamada MedusaApp que cuenta con un mapa interactivo donde indica qué tipos de medusas se han avistado, en qué playa y en qué fecha.

Así, por ejemplo, en el occidente asturiano se han avistado carabelas portuguesas durante todo el mes de julio en la playa de Santa Gadea en Tapia de Casariego. Avistamientos que ocurren en casi todo el litoral cantábrico y asturiano. La Concha de Artedo, la playa del Aguilar, Bañugues, Tazones, San Lorenzo, Poniente y hasta 34 arenales invadidos por la carabela portuguesa cuya picadura es muy urticante y ha obligado, en ocasiones, a cerrar el baño a causa de estas células que cada verano ponen en jaque a los bañistas

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