La capacidad de reacción es vital cuando una persona se está ahodando. La madre de un pequeño de seis años no dudó en correr descaza por una calle de Huelva con él en brazos a pedir ayuda a la Guardia Civil cuando vio que su hijo se había atragantado con un caramelo. Afortunadamente dos agentes pudieron socorrer al menor.
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Desde la comisaría observaron la escena a través de las cámaras. A toda prisa dos guardias civiles salieron en su ayuda. Mediante la maniobra de Heimlich trataron de reanimar al niño.
Tras varios minutos de angustia, lo lograron. Instantes más tarde, llegó una ambulancia y varios sanitarios comprobaron que el niño se encontraba bien.
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