El viaje de la comida en tiempos de pandemia

Detrás de una estantería llena en el supermercado se esconde un engranaje perfecto de distintos colectivos, más aún en tiempos de coronavirus. La pandemia ha supuesto un verdadero reto para toda la cadena alimentaria, desde su inicio, en la etapa de producción, hasta la puesta a la venta final. En ese sistema bien acoplado tiene una especial importancia la logística, sometida a su particular test de estrés con el COVID-19, sobre todo, en las primeras jornadas del estado de alarma, en las que supermercados e hipermercados recibieron una auténtica avalancha de consumidores que, por momentos, arrasó con las existencias. Sin embargo, al día siguiente los productos volvían a estar ahí, gracias a un esfuerzo ingente, que llevó a aumentar el personal y los turnos, reprogramar rutas y repensar el suministro para ganar en agilidad y flexibilidad. También se tuvieron que atender «nuevas necesidades», como el aumento de demanda de papel higiénico, de desinfectantes o ahora de chocolate, cerveza y aperitivos, mientras se disparaban los pedidos 'online'.

«El coronavirus nos ha puesto a prueba a todos», reconoce el director de logística y aprovisionamiento de la cadena asturiana Masymas (Hijos de Luis Rodríguez), buen conocedor del puzzle que supone casar oferta, demanda y seguridad alimentaria. Lo cierto es que, antes de terminar en la estantería del súper, los productos que consumimos han hecho uno o varios viajes calculados al milímetro para no perder tiempo ni dinero. Con el COVID-19 todo se ha complicado y las cadenas coinciden en el compromiso de sus trabajadores.

En el caso de Masymas su centro logístico se encuentra en Mercasturias y ocupa unos 24.000 metros cuadrados. Allí se reciben los suministros que luego se distribuirán entre sus 106 tiendas, para lo que se emplean medios humanos y tecnológicos que permiten ganar eficiencia. Montes destaca en este periodo de pandemia el papel de los trabajadores, del transporte y la «reacción rápida» de los proveedores, que también tuvieron que adaptarse en tiempo récord. Además, hubo que facilitar medidas de seguridad, escalar turnos, maximizar la higiene y, a la vez, abastecer las tiendas, donde «los productos volaban». El problema era, sobre todo, de tiempo.

El centro logístico de Alimerka está a escasa distancia, en Lugo de Llanera. En una superficie de unos 100.000 metros cuadrados se levantan dos naves que albergan las oficinas centrales y las áreas de almacenaje y distribución para dar servicio a los 168 supermercados de la cadena en Asturias, Castilla-León y Galicia. En estas instalaciones también se incorporaron medidas para garantizar la seguridad de clientes y trabajadores y que, en muchos casos, complican la ejecución de tareas ordinarias, pero que se conjugan con éxito. Para ello, la empresa aumentó la plantilla -que además fue gratificada con una paga extra- en un 10% -9,5% en el área logística- y se modificaron procesos. Asimismo, se cerraron 26 tiendas -seis de ellas ya han vuelto a abrir- para escalar el trabajo del personal, lo que posibilitó también focalizar el abastecimiento. «La estructura logística sometida a la actual sobrecarga ha respondido perfectamente», destacan.

En Mercadona, todos los productos de sus 24 tiendas asturianas se concentran antes en el bloque logístico de Villadangos del Páramo (León), incluso los de los proveedores asturianos, a los que se compraron el año pasado 116 millones de euros. Desde allí se abastece a otros 109 establecimientos de otras provincias. «Vamos a seguir teniendo los productos necesarios para que las personas hagan su compra habitual», subraya Arturo Álvarez, director de este centro «inteligente» y altamente tecnológico, que mueve 130 camiones y que recibe suministros de 143 proveedores.

Las tiendas de Vegalsa-Eroski, por su parte, reciben la mayoría de sus productos desde sus centros logísticos de La Coruña: la plataforma de mercancías generales de Sigüeiro y la de productos frescos de Agrela. Este grupo también reconoce el incremento de grandes compras durante las primeras jornadas. «La cadena de suministro se ha tensionado muchísimo y ha sido fundamental mantener la tranquilidad en un contexto de nerviosismo general», asegura Fernando Casal, director de logística de Vegalsa-Eroski. La compañía destaca que para hacer frente a esta situación tuvieron que revisar los pedidos para ajustarlos a la nueva demanda, reforzar los equipos y aumentar la capacidad organizativa: «Nosotros tenemos la ventaja de que en el norte contamos con una de las mejores despensas de producto fresco del país».

En el caso de Lidl, el material de los distintos proveedores llega a la plataforma logística de Narón, también en La Coruña, y desde allí viaja después a sus once tiendas en Asturias, donde cuentan también con proveedores locales, sobre todo, de lácteos. Y en Dia, los productos se reciben desde sus almacenes de Villanubla (Valladolid) y Granda (Siero). Desde ellos se han realizado en marzo 1.500 viajes, un 20% más que habitualmente.

Además de estos establecimientos, los hipermercados, de mayor tamaño, también han tenido que modificar las piezas de su rompecabezas logístico. El Corte Inglés y Alcampo reciben sus mercancías, principalmente, desde sendos centros logísticos en Valdemoro (Madrid). En el caso del primero destaca, sobre todo, un cambio total en los productos que llegan, al contar con numerosos departamentos cerrados, mientras se incrementan los relacionados con la alimentación o la limpieza. De El Corte Inglés viajan al día a Asturias catorce trailers, cinco para los centros de Gijón y Oviedo y otros cuatro para el de Avilés. En ellos se recibe también directamente el producto local, como el pescado que llega de la Rula de Avilés. Y desde estos centros grandes, mediante camiones lanzadera, se reponen los siete SuperCor de la región, que han visto estos viajes duplicarse. Además, reciben el producto refrigerado y congelado de una plataforma de frío.

En el caso de Alcampo, los proveedores locales también entregan sus productos directamente en sus centros (Gijón y el Nalón) y desde Valdemoro llegan entre 130 y140 camiones mensuales. Por otro lado, Carrefour trabaja con diferentes operadores logísticos para realizar el suministro a sus tiendas, además de contar con 170 proveedores asturianos.

- Sus 106 tiendas se abastencen desde Llanera.

- Centro logístico: Con dos naves y 24.000 metros cuadrados, une medios humanos y tecnología.

- Desde Lugo de Llanera abastece a sus 168 tiendas.

- Centro logístico: En casi 100.000 metros de superficie, une oficinas y naves logísticas.

- Las 24 tiendas asturianas se abastecen desde León.

- Centro logístico: Es «inteligente» y a él también llegan los productos de proveedores locales.

- Están en Granda (Siero) y en Villanubla (Valladolid).

- Centro logístico: Los viajes se incrementaron un 20% el pasado mes por el COVID-19.

- Desde Galicia abastece a sus once tiendas asturianas.

- Centro logístico: Se encuentra en Narón (Galicia) y cuenta también con productos locales.

- Desde Valdemoro llega el suministro para Gijón y el Nalón.

- Centro logístico: Mueve 140 camiones mensuales a Asturias, más los proveedores locales.

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