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Hay muchos puntos de vista desde los cuales se puede analizar el tema de la vivienda y más concretamente la realidad de los pisos turísticos. Pero lo miremos como lo miremos es imprescindible una regulación clara y eficaz, porque la normativa con la que actualmente ... contamos ha demostrado ser insuficiente para hacer frente a las consecuencias que implica el incremento de este tipo de alojamientos vacacionales con la consecuente disminución de las viviendas en alquiler.
Actualmente en Asturias contamos con una Ley de Turismo del año 2001 que ya fue reformada en tres ocasiones. Esta norma regula las diferentes modalidades de empresas de alojamiento turístico donde podemos encontrar, por ejemplo, establecimientos hosteleros, apartamentos turísticos, alojamientos de turismo rural, albergues, campamentos, clubes o villas vacacionales y también las viviendas vacacionales. Pero las viviendas vacacionales se refieren al alojamiento íntegro de una vivienda y excluyen los pisos. No obstante, esta ley deja abierto al desarrollo reglamentario la posibilidad de ofertar otras modalidades. Y en base a esta posibilidad de desarrollo reglamentario contamos con un decreto que regula las viviendas vacacionales y de uso turístico. Así, a la categoría de vivienda vacacional que ya se contenía en la ley, se añade una nueva, las viviendas de uso turístico, que son aquellas que se ubican en un edificio de varias plantas sometidas a régimen de propiedad horizontal. Se trata de los pisos que se ofertan íntegramente o por habitaciones a través de canales de oferta turística. Precisamente estos pisos turísticos son los que mas problemas están generando porque se encuentran en comunidades de vecinos y mayoritariamente se ubican en las zonas céntricas de las localidades que reciben un mayor número de visitantes.
En esta reforma se depositan las esperanzas de unos y los miedos de otros, según el punto de vista desde el cual se analice la situación. Habitualmente atendemos en consulta a diferentes personas que solicitan asesoramiento y, al hacerlo, exponen su particular punto de vista. Voy a utilizar estos ejemplos, cambiando los nombres y algunas circunstancias, para mantener el necesario anonimato.
Antonio, llegó al despacho tras haber encontrado trabajo como camarero en un bar del centro de Gijón. El problema con el que se encontró y del cual se quejaba es que debido a la demanda turística de la ciudad las opciones de viviendas en alquiler eran reducidas y con una renta mensual bastante más elevada de la consideraba adecuada para su rango salarial. Además, puesto que había muchos interesados en cada vivienda ofertada, el proceso se convirtió en un un auténtico «casting», donde el arrendador exigía contar con un trabajo indefinido, con antigüedad en la empresa y una nómina elevada, requisitos muy similares a los que exige un banco para la concesión de un préstamo hipotecario para la compra de una vivienda. Antonio no cumplía ninguna de estas condiciones, así que necesitaba conseguir un avalista que sí cumpliera estos requisitos y respondiera por él o buscar una habitación para alquilar, lo que tampoco era fácil y tenía además otros inconvenientes a considerar. Así que a Antonio no le hacía ninguna gracia la existencia de pisos turísticos en Gijón, porque siendo la ciudad en la que tiene que trabajar, su preferencia lógicamente es que haya más viviendas en alquiler y a mejor precio. Finalmente, al no conseguir un avalista, Antonio optó por arrendar una habitación durante unos meses, mientras podía reunir varias nóminas con las que acreditar cierta estabilidad en su puesto de trabajo de cara a lograr posteriormente un arrendamiento. He de decir que Antonio era muy realista y no tenía problema en reconocer que cuando se va de vacaciones con su pareja busca alojarse en un piso turístico porque sale más económico que un hotel y pudiendo cocinar ahorran en comidas y cenas.
Ana María, vino a consulta tras fallecer sus padres, de quienes había heredado dos viviendas que había tenido vacías durante un tiempo. Había encontrado una empresa que por un módico precio se las daría de alta como viviendas vacacionales. Además, se encargaba de gestionarlo todo: los anuncios en la Web, la documentación que hay que cumplimentar con los clientes, la limpieza y lavado de sábanas y toallas. Pagando un porcentaje de lo facturado a esta empresa más el porcentaje correspondiente a la Web a través de la cual se hicieran las reservas le quedaría disponible algo menos de la mitad del precio, pero sin tener que ocuparse de nada. Además le habían dado una estimación del dinero que podía conseguir. Con estas circunstancias Ana María había llegado a la conclusión de que podía recaudar, alquilando durante los periodos vacacionales, tanto o más que alquilando la vivienda a un inquilino permanente y además podría hacer uso de la vivienda reservando tiempos para su familia cuando vinieran a visitarla. Así que tras revisar todas las condiciones contractuales y haciendo algunos ajustes legales, Ana María se animó a dar el paso. Lo hizo sin remordimientos: cumpliendo todos los requisitos que hoy en día exige la normativa y dispuesta a declarar los ingresos obtenidos, a sabiendas de que subiría su declaración de la renta.
Juan José, que estaba en una situación parecida a la de Ana María, tras consultar y haber recibido asesoramiento sobre cómo hacer las cosas legalmente para alquilar un piso como vivienda de uso turístico, decidió que no quería problemas ni papeleos. Se fue decepcionado, pues le pareció complicado el proceso. Es muy probable que haya decidido seguir adelante sin dar de alta su vivienda, cobrando sin factura y sin declarar los ingresos, cosa que nunca recomendamos, pero que sospechamos que algunas veces sucede y nos resulta imposible evitar.
María Luisa acudió a consulta para reclamar una factura impagada, porque no utilizaba una Web para reservar y cobrar, sino que cobraba cuando el cliente dejaba la habitación. Un cliente que intentó pagar con tarjeta no pudo completar la operación con éxito y se fue alegando que no tenía metálico. No era la primera vez que le sucedía. Tenía un pequeño hotel, de diez habitaciones, era autónoma, con personal contratado, así que sus gastos fijos eran elevados. María Luisa estaba muy preocupada, porque desde que hay pisos turísticos no llena y ha tenido que bajar los precios. El margen de beneficio es pequeño para mucho trabajo.
Anselmo era presidente de una comunidad de propietarios de un inmueble en el que había varios pisos turísticos. Acudió a consulta para informarse de si aquellos cumplían o no los requisitos legales y qué podía hacer la comunidad al respecto. Tanto el como la mayor parte de los propietarios estaban muy enfadados y no querían pisos vacacionales en el vecindario.
¿Les interesa a todos ellos que el Principado reforme la ley de Turismo para regular los pisos turísticos? Hay que tener en cuenta que la futura regulación, que aun es un proyecto que comienza su andadura, pretende establecer como principios de la acción turística la sostenibilidad, la autenticidad, la identidad regional y la calidad de los recursos y servicios. Incorporará las viviendas de uso turístico como una modalidad de alojamiento, estableciendo unos requisitos a través de una norma con rango de ley pero, lo más importante, se regulará la inspección y el régimen sancionador, prestando especial atención a los pisos que no respeten los requisitos legales, sean clandestinos y supongan intrusismo profesional.
Antonio, el camarero, espera que se limite de alguna forma el número de pisos turísticos, para que no deje de haber viviendas en alquiler. Pero cuando vaya de vacaciones sigue interesado en utilizar un piso turístico y espera que no suban mucho los precios hasta igualar los de un hotel.
Ana María, la que heredó dos viviendas que alquila como pisos vacacionales, cumple la normativa y piensa seguir haciéndolo. Espera de esta reforma que no le compliquen las cosas, que la dejen tranquila, pero que se persiga y se sancione a quien pretenda saltarse las normas.
Juan José esta muy contrariado. Sospecha que ya no podrá seguir campando a sus anchas. Siendo así lo mas probable es que venda su piso, porque como no quiere problemas tampoco va a alquilarlo para larga duración, no sea que después el inquilino no pague y cueste desahuciarlo.
María Luisa, la dueña del hotel, al igual que Ana María ve con esperanza una ley que puede acabar con el intrusismo profesional y con los alojamientos clandestinos. Quizás esto le permita subir un poquito los precios y quien sabe, quizás rozar el lleno algún que otro verano.
Anselmo, el Presidente de la comunidad, espera que se pongan condiciones más estrictas a la hora de explotar para uso turístico un piso en una comunidad de propietarios.
La conclusión es que es una reforma que se espera con altas expectativas por la mayor parte de las personas que de un modo u otro se encuentran afectadas. Será la cuarta reforma y es posible que no sea la última pero seguramente sea un paso mas en el camino adecuado.
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