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Qué es un desahucio? Es el tan temido momento en que una persona que habita u ocupa un inmueble sin tener derecho a ello se ve obligado a abandonarlo, con intervención judicial. A esta situación se llega cuando, por unos u otros motivos, no logró ... resolverse el problema por acuerdo entre las partes.
¿Por qué razones se puede producir un desahucio? Puede llegarse a esta situación en diferentes circunstancias, pongamos los ejemplos más frecuentes:
Un inquilino que no paga la renta, no se va cuando llega el fin del contrato o realiza comportamientos que dan lugar a la extinción del contrato.
Un ocupante que no tiene contrato que sustente el uso que realiza de una vivienda.
Un desalojo como consecuencia de una ejecución hipotecaria cuando el propietario deudor llegó a esa situación por no poder pagar la cuota de su préstamo.
¿Es siempre la parte más débil el desalojado? Generalmente sí, sobre todo cuando se trata de una ejecución hipotecaria donde el ejecutante es una entidad financiera. Ahora bien, también hay casos en los que el propietario del inmueble es un particular que se ha visto privado de la posesión de su vivienda con grave perjuicio para su economía y para su estado emocional.
¿Cuándo hay que iniciar un procedimiento de desahucio? Nosotras siempre recomendamos negociar tan pronto como se presente el problema, intentando buscar una solución que evite llegar a los tribunales, pero el intento de acuerdo no debe demorar el inicio del proceso. Si en un tiempo prudencial no es posible, hay que presentar la demanda cuanto antes, ya que desde entonces hasta que finalmente se produzca el desalojo van a pasar varios meses, tiempo que puede alargarse en situaciones de vulnerabilidad económica del ocupante, en algunos procedimientos.
¿Quién se hace cargo de todos los gastos del procedimiento judicial? Es habitual que en la sentencia se condene a abonar las costas del procedimiento al desahuciado pero si este es insolvente, que es lo más habitual, las posibilidades de recuperar ese dinero se diluyen. Por eso solemos dar, especialmente a los propietarios que alquilan su vivienda, dos consejos esenciales:
Que contraten un seguro de alquiler con cobertura jurídica para que, llegado el caso, el seguro se haga cargo de los gastos de abogado y procurador.
Que en el contrato de arrendamiento incluyan un avalista solidario con suficiente solvencia, que es una persona (generalmente un familiar del inquilino) que responderá de todas las obligaciones que deriven del contrato para el caso en que el obligado no lo haga.
¿El riesgo de este tipo de problemas hace recomendable no poner viviendas en alquiler? No necesariamente. Si se hace una buena selección del inquilino y se toman las precauciones que antes indicamos el alquiler es una buena forma de inversión para un propietario, siempre y cuando asuma que se trata de un negocio y como tal ha de asumir algunos riesgos.
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