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El ábside de la iglesia de Santa María de Narzana. FOTOS: PABLO A. MARÍN ESTRADA
Tesoros de piedra entre colinas verdes y pumaradas
HISTORIAS DEL CAMINO DE SANTIAGO

Tesoros de piedra entre colinas verdes y pumaradas

Rico patrimonio. Las joyas monumentales que tiene la oportunidad de visitar el peregrino moderno hunden sus orígenes en la misma época de la monarquía asturiana

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

Domingo, 24 de abril 2022, 13:26

Desde el Alto de La Campa, el peregrino que se encamina a San Salvador de Oviedo para seguir a Santiago por la vía primitiva puede llenar los pulmones del aire fresco y limpio que respiran las praderías sobre el milenario valle de Boides, también de la serenidad que propicia el vislumbrar que la ruta al pisar el concejo de Sariego desciende suavemente para avanzar sin sobresaltos por terreno llano, rodeado de pastos, pumaradas y suaves colinas que acompañan al pasar como mansos rebaños virgilianos.

En ese ameno sosiego llegará a Figares y a Pedrosa para avanzar, con todo el tiempo del mundo, a Vega, la capital. El tramo que recorre estas tierras es breve e invita a disfrutar del rico patrimonio histórico y etnográfico con el que se fueron enriqueciendo desde su donación por el rey Bermudo II al monasterio de San Pelayo hasta hoy.

Entre los tesoros curiosos que se irá encontrando el viajero, a la vera del camino le aguarda la célebre Fuente del Pozu Saláu, ya citada por el Padre Carballo en sus 'Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias'.

El fraile tinetense, sensible a la imaginación popular siempre, recoge la creencia de que este manantial salfuginoso crece y mengua con las mareas del Cantábrico, una posibilidad hermosa de imaginar, aunque los análisis científicos de nuestros días la descarten probando que tiene un noventa por ciento más de sal que el agua del mar. Durante siglos acudieron a ella gentes de todos los cabos de la región con fe en sus propiedades curativas para distintas dolencias. Como homenaje a su historia, hoy lleva una placa conmemorativa del milenario de la donación de los valles de Sariego de Bermudo II.

Las joyas monumentales que tiene la oportunidad de visitar el peregrino moderno, sin desviarse demasiado de su itinerario, hunden sus orígenes en la misma época de la monarquía asturiana.

La iglesia de San Román conserva de su primitiva fábrica prerrománica la cabecera y una ventanina empotrada en la pared sur de la sacristía, que recuerda en sus formas a la del Conventín de Valdediós. Fue ampliada luego por la comunidad cisterciense del monasterio maliayo y de esa reforma datan los elementos románicos aún visibles hoy.

Igual interés presenta el templo de Santiago el Mayor, con sus tres ventanas ricamente talladas del siglo X y una cuarta en la fachada sur con esa inscripción: ROMANI PRFECIT ('el Presbítero Román lo hizo'), que podría sugerir a un novelista amigo de buscar cabos sueltos del pasado al comienzo de una trama medieval de misterios. Lo más preciado se encuentra en su interior y son los frescos de pintura mural renacentista que muestran en la bóveda del ábside a los cuatro evangelistas y a la derecha del altar mayor el imponente arcofolio con el sepulcro de los Vigil-Quiñones.

La otra iglesia notable es la de Santa María de Narzana, emplazada en el lugar donde se supone que se asentó una comunidad monástica femenina a la que alude Jovellanos en sus escritos. El topónimo Narzana sí aparece documentado en la donación del rey Bermudo del 896. De su factura románica se conservan con razonable buena salud el bello pórtico, el ábside y con toda su viva expresividad un conjunto de canecillos que muestra escenas de caza, monjes, músicos o ese simpático personaje a la pata coja en el que algunos ven la figura de un saltimbanqui. Y, antes de abandonar Sariego, el viajero se irá más feliz si se acerca a San Pedrín de la Cueva a ponerle una vela e invocar su protección camino a Compostela. Es santo al que le gusta que le canten y amigo también de salir en peregrinación.

«Se están haciendo cosas bien para potenciar el Camino»

Saúl Bastián, alcalde de Sariego

P. A. M. E.

Saúl Bastián, alcalde de Sariego, no tiene dudas del privilegiado espacio que ocupa su concejo para resultar atractivo a los visitantes y del valor añadido que supone el paso de la ruta interior jacobea a Oviedo: «Estamos muy bien situados, próximos a la costa, en plena comarca de la sidra, y por el Camino de Santiago es evidente la afluencia constante de peregrinos. El perfil de estos últimos es el de un turismo muy respetuoso con el entorno e interesado por el patrimonio cultural que además da bastante vitalidad a la zona y consume en el comercio y la hostelería. Contamos con un albergue municipal con dieciséis plazas en Vega y, como es una etapa corta, los que llegan pronto aquí tienen tiempo para visitar iglesias como las de Santa María de Narzana o Santiago, además de generar gasto en la economía local», asegura.

El regidor destaca también la oferta de rutas senderistas como la de la Toponimia, que explica en paneles la historia de cada lugar desde sus nombres. En plena temporada de arranque del flujo mayor de peregrinos, confía en que aumentará en verano con el Xacobeo: «Creo que en los últimos años se están haciendo bien las cosas para potenciar el Camino y ya nadie duda de su importancia como recurso para toda Asturias».

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