El Supremo condena a una residencia por acoso a una trabajadora

Tras años de litigio, el Tribunal Supremo ha fallado a su favor obligando a la residencia y al jefe de cocina a indemnizarla con 30.000 euros por acoso laboral continuado y por los daños y perjuicios causados. El calvario que esta trabajadora y sus compañeras han sufrido les ha llevado a acudir a urgencias con ataques de ansiedad. Fue en 2019 cuando comunicaron el problema a la dirección de la residencia mediante una carta pidiendo que se activara el protocolo antiacoso pero la empresa se limitó a abrir un expediente y proponer medidas correctoras.

El trato vejatorio continuó y una de las empleadas acabó en situación de baja laboral por ansiedad. Meses más tarde fue despedida reconociendo la empresa que el despido había sido improcedente. Fue entonces cuando puso el asunto en manos de la asesoría jurídica de UGT en Ciudad Real. «La mujer tuvo que recibir asistencia médica por el trato despreciativo que recibió durante mucho tiempo y eso derivó en un expediente de incapacidad temporal por ansiedad», explica Alfonsi Álvarez, secretaria general de este sindicato en Ciudad Real, quien añade que «la empresa tenía pleno conocimiento del caso pero no hizo nada para remediarlo y, además, la despidió».

El sindicato presentó entonces una demanda por acoso, que se ganó en primera instancia logrando una indemnización de 30.000 euros para la trabajadora. Sin embargo, las partes demandadas recurrieron al Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que confirmó la sentencia. Más tarde, la residencia y el jefe de cocina presentaron un recurso ante el Tribunal Supremo que ahora ha confirmado la pena.