Son pocos los usuarios que se quedan impasibles ante la publicación de una factura que muestra los precios desorbitados que pueden llegar a alcanzar algunos productos. Una moda que nació como protesta de aquellos que tildaban de «sablazo» o «atraco» la cantidad que llegaban a ... pagar por cargos como «servicio», «pan» o incluso el «agua» (que ahora habrá de ser servida gratis a los clientes).
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Si bien es cierto que algunas de estas tarifas no dejan de levantar ampollas entre los clientes, las que más críticas despiertan son aquellas cuyo gasto no encunetran que esté justificado, tanto por no tener fundamento, como sostienen algunas de las publicaciones, como por ser algo que, o bien no se ha pedido, o incluso que rozan la falta de respeto, como un suplemento de diez euros por «tocar los cojones».
El precio que puede llegar a alcanzar un café, que varía de un sitio a otro, tampoco deja de dar juego a las redes.
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