Los servicios de rescate concluyen el pozo vertical para llegar hasta Julen

Las obras de los equipos de rescate en el municipio malagueño de Totalán siguieron ayer imparables para llegar hasta el pequeño Julen, si bien la presencia de roca muy dura ralentizó todo el proceso. A la mañana apenas se pudo avanzar un metro y la perforadora requirió también un paro para labores de mantenimiento. No obstante, a última hora de la noche se confirmó que se habían excavado los 60 metros planeados.

En la sierra de Totalán, los casi 300 integrantes del operativo de rescate han librado una lucha titánica contra la montaña plagada de contratiempos. El sábado por la mañana, horas antes de que la perforadora iniciara los trabajos, los geólogos hicieron una nueva medición y comprobaron que, a cuatro metros de profundidad, el terreno se endurecía hasta 200 veces más que en la superficie.

La perforación comenzó a las dos menos cuarto de la tarde y al principio fue mejor de lo previsto. En apenas siete horas, la máquina horadó 22 metros. Sin embargo, a partir de esa profundidad, comenzó una auténtica odisea ya que, según fuentes del operativo, «la dureza del terreno se mide de 0 a 9 y hemos tenido varios tramos de 8».

Una vez terminado el nuevo túnel el siguiente paso es el encamisado del pozo, que Ángel García Vidal, delegado en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos y coordinador del equipo que asesora a la Guardia Civil, estimó ayer entre 5 y 6 horas; después el relleno de seguridad de este cubrimiento tardará un par de horas más. Y por último bajarán en la cápsula fabricada por dos herreros de Alhaurín el Grande los efectivos de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias.

Este 'ascensor' de hierro tiene una ventana de un metro, que cuenta con un margen de maniobra de «un metro hacia arriba y otro hacia abajo». La idea es que excaven a mano entre tres y cuatro metros un túnel horizontal que conecte el pozo nuevo con el de Julen, a la altura del tapón donde se supone que está atrapado el pequeño. El ritmo estimado es de ocho horas por metro, con lo que tardarían 24 horas.

Por su parte, el equipo de psicólogos que acompaña a la familia de Julen intenta controlar y regular sus emociones ante la incertidumbre en la que está sumido este rescate. Francisca Ruiz, vicedecana del Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental, explicó que dos especialistas están permanentemente con los padres del niño y sus familiares.

De esta forma, pretenden prevenir posibles trastornos como el estrés postraumático o crisis crónicas de ansiedad. La vicedecana reconoció que se están encontrando con «muchos picos» emocionales y su labor es «regularlos para que puedan estar lo más serenos posible».

Ha asegurado que todas las emociones que está experimentando la familia «son normales» y ha precisado que, ante situaciones de emergencia, «el ser humano tiene reacciones normales en escenarios que no lo son». La vicedecana ha pedido a los medios de comunicación que tengan «especial sensibilidad» con la parte personal y emocional de los familiares.