SUCESOS-JUICIOS

El pistolero de Garrido, condenado a 36 años en un crimen que desató el rechazo a una copa nocturna

El asesino mató a un hombre e hirió de gravedad a una mujer, a los que disparó por la espalda mientras regresaban a casa

A. S. GONZÁLEZ

Oviedo

Lunes, 26 de diciembre 2022, 02:13

Ya hay condena para el pistolero de Garrido. La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a Emilio D a 36 años de prisión por matar un hombre y herir de gravedad a una mujer a los que había conocido esa misma noche de fiesta. Horas antes del crimen, había invitado a unas copas al grupo de amigos que celebraban un cumpleaños pero las habían rechazado.

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La sentencia le impone 22 años por el asesinato, 12 por tentativa de homicidio y dos más por posesión ilícita de armas. Además, deberá indemnizar con 193.000 euros, más un 30% por delito doloso, a los familiares del difunto y con 267.000 euros a la víctima que sobrevivió al suceso.

La mujer estuvo ingresada en la UCI, adonde llegó en estado crítico, y ha tenido que someterse a seis operaciones quirúrgicas. Las secuelas han derivado en su incacidad laboral y en la imposibilidad de hacerse cargo de su hijo dependiente.

Corría agosto de 2021. María Belén R.H. celebraba su 53 cumpleaños junto a José María R.C. y otra amiga. Habían recorrido varios bares de Salamanca y el destino hizo que en torno a las 01.40 horas, se cruzaran con un cliente, vigilante de seguridad de 32 años, en la terraza del pub Ciclón. Él llevaba ya más de una hora allí.

Según el relato del fiscal, Emilio D.Y. se levantó y ofreció una copa a las mujeres, que rechazaron su oferta. A pesar de ello, minutos después apareció con las bebidas y se sentó en su mesa. Permaneció casi media hora con ellas, Conversó durante media hora con ellas, dirigiéndose «de forma insistente y molesta» hacia la cumpleañera.

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Un camarero le pidió que abandonara el local y se inició una discusión. Quienes se marcharon fueron los tres amigos, en torno a las 02.10 horas. No sabían que el guardia de seguridad que quería ser policía, pero que nunca superaba las pruebas psicológicas, les seguía. Tampoco que llevaba escondida una pistola.

Problema psiquiátricos

Durante el juicio, aseguró que el arma la portaba con la intención de suicidarse y que ya lo había intentado en otras ocasiones tras años de peregrinaje por psiquiatras. También alegó que había bebido en casa una botella de whisky antes de salir, además de esnifar dos rayas.

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Una de las amigas se desvió de la ruta. Solo quedaban María Belén R.H. y José María R.C. Se acercó a ellos y, de espaldas, disparó primero al hombre y, después, a ella, que se había girado al oír las detonaciones. Con las víctimas en el suelo, continuó disparando. En total, once tiros a un metro de distancia.

Después, tiró el revólver a un contenedor -recuperado en una planta de tratamiento de residuos y para el que no tenía licencia- y se dirigió a casa. Allí fue detenido un día después, en una vivienda en la que los agentes encontraron munición para arma de fuego, equipos de limpiado y mantenimiento de revólveres, cajas para su transporte y 48 casquillos, además de dagas, navajas y una esceopta de aire comprimido.

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