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En el coche. Miguel Iglesias, Sheila Rodríguez, Wilian Zúñiga y Yonatan Luces.

«Estuvimos toda la noche atrapados en la M-40»

Asturianos en Madrid relatan sus odiseas para regresar a casa como consecuencia del temporal que cubre de nieve la capital

ANA MORIYÓN

GIJÓN.

Domingo, 10 de enero 2021, 01:11

Asturianos residentes en Madrid disfrutan de unas imágenes inéditas en décadas gracias al manto blanco con el que 'Filomena' cubre la capital, pero también sufren graves consecuencias por un temporal que tiene colapsada la ciudad y que dejó atrapadas a miles de personas en ... las carreteras. Es el caso de los gijoneses Sheila Rodríguez y Miguel Iglesias, y de Yonatan Luces, de Piedras Blancas, quienes quedaron retenidos en su coche en el trayecto de Coslada a Alcorcón y tuvieron que pasar la noche en plena M-40. «Pasó dos veces la Guardia Civil y se llevó en cada viaje a tres personas; la quitanieves y la UME no pararon ni a preguntar cómo estábamos», recuerda aún molesta Sheila, quien agradece sin embargo que personas a título particular se acercaran repartiendo bocadillos y caldo de pollo, e incluso uno de sus compañeros de trabajo, Wilian Zúñiga, les llevara por la mañana un café caliente. «Si no es por eso no sobrevivimos», dice. Finalmente, y tras esperar sin éxito hasta las dos de la tarde a que alguien les fuera a rescatar, decidieron abandonar su coche y hacer los últimos seis kilómetros a pie.

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También Luis Canteli, natural de Nava, optó por dejar su coche en Madrid capital, totalmente cubierto de nieve, y coger un taxi que le dejó en la entrada de Tres Cantos, para luego caminar hacia su casa. «La imagen por la M-30 era surrealista, coches atravesados, gente caminando, pero el taxi con cadenas fue avanzando poco a poco. En la M-607 hacia Tres Cantos había menos tráfico, pero en sentido contrario vimos varios camiones cruzados. No sé cómo se las arreglaría el taxista para volver. Llevo 16 años viviendo en Madrid y no había visto nada parecido».

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También una odisea fue la vuelta a su domicilio desde el trabajo del llanisco Héctor Unanue, supervisor de enfermería en la UCI en un hospital madrileño, quien tardó casi tres horas y logró completar el recorrido gracias a la ayuda de un amigo. Piensa, sin embargo, en las consecuencias que este temporal provocará en el abastecimiento de los hospitales y en los sanitarios a los que, tras meses luchando contra la pandemia, también les tocará ahora redoblar esfuerzos para superar las dificultades logísticas añadidas. Unanue, al menos, pudo llegar a casa, pero no su pareja. El avión que cubría el trayecto París-Madrid y de cuya tripulación formaba parte la avilesina Carolina E. García fue desviado a Valencia ante las dificultades para aterrizar en Barajas. «Dentro de lo malo, estamos bien. Nos han asignado un hotel tanto a la tripulación como al pasaje», se consuela, consciente de que encontrar alojamiento en plena pandemia tampoco es tarea fácil.

Atrapado, pero en Madrid, se quedó Junior Fernándes, de Gijón, quien había viajado a la capital para hacer unas gestiones con la intención de regresar ayer a Asturias, algo inviable. «No trajimos ropa de abrigo ni veníamos preparados para algo así», relata.

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Aunque Pablo Cristóbal García, de Gijón, no tuvo dificultades para regresar a casa el viernes, sí fue para él toda una aventura examinarse «a -1 grado y al lado de una ventana abierta por culpa del covid, porque no quisieron suspender los exámenes», protesta. A pesar del frío helador, cree que la prueba no le salió del todo mal y decidió celebrarlo visitando la Gran Vía nevada. «Es una oportunidad de oro y hay que aprovecharla». Marco Sanmiguel, de Infiesto, aparcó el coche una hora antes de que la situación se complicara y estuvo ayudando a varios conductores atrapados en su calle, mientras que René Silva, Edu Vázquez y Tamara García tuvieron suerte y pudieron disfrutar de la nieve, pero desde sus casas.

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