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ELCOMERCIO.ES
Domingo, 22 de abril 2018, 17:02
Drew, un niño australiano de 12 años, se ha salido con la suya y le ha dado un buen susto a sus padres tras una aventura de la que, afortunadamente, salió sano y salvo. El pequeño quería ir a Bali de vacaciones y ... su madre no le dejó. Poco le importó. Después de una acalorada discusión, el niño fue a por la cartera de su madre y se llevó las tarjetas de crédito de la familia con las que se pagó su soñado viaje a Bali. Según los medios australianos, después de asegurar la tarjeta de crédito de su familia, Drew persuadió a su abuela para que le entregara su pasaporte. Investigó a las aerolíneas que vuelan a Denpasar, Bali, y se dio cuenta de que solo había una que permitía que los niños de 12 años viajen solos sin una carta de sus padres. Entonces, una mañana, Drew llenó su mochila con ropa suficiente para unas vacaciones de cuatro días en Bali y luego les dijo a sus padres que iba a la escuela.
Drew tomó un tren hasta el aeropuerto y se subió al avión, sin tener que contestar apenas preguntas. Drew usó los autoservicios en el aeropuerto de Sidney, lo que significaba que no tenía que tratar con ningún personal de la aerolínea hasta que físicamente les diera su billete de avión. Después de una breve escala en Perth, el muchacho de 12 años aterrizó en Bali. Cuando le avisaron a Emma que su hijo de 12 años nunca había asistido a la escuela, ella denunció la desaparición de Drew ante la policía. Al poco tiempo de la denuncia, la familia descubrió que su descarado niño estaba realmente en Bali y Emma tuvo que subir a un avión para ir a por él.
Pero a pesar de la preocupación de Emma, Drew había pensado en todo: se reservó una habitación en el All Seasons Hotel y una bicicleta para llegar desde el aeropuerto.La facilidad con que Drew logró llegar desde su casa en Nueva Gales del Sur, al este de Australia, hasta un hotel de cuatro estrellas en Bali ha dejado a Emma «conmocionada y disgustada» y preguntándose cómo pudo haber sucedido todo.
«Solo me pidieron mi identificación de estudiante y mi pasaporte para demostrar que tengo más de 12 años y que estoy en la escuela secundaria», alegó el menor.
Pese a la monumental bronca que le cayó de la madre, el joven no parece muy arrepentido: «Fue genial porque quería emprender una aventura», dijo a 9 News.
Más información, en ABC.es.
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