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Entre las piezas halladas hay elefantes, rinocerontes, un oso polar y colmillos de marfil. R. C.

Así era el mayor museo ilegal de animales disecados

El propietario guardaba en una nave un millar de ejemplares, casi la mitad de ellos de especies protegidas

JAVIER MARTÍNEZ

VALENCIA.

Lunes, 11 de abril 2022, 03:44

La Guardia Civil se ha incautado en Bétera (Valencia) de la mayor colección de animales disecados protegidos de España. Las piezas fueron requisadas a un hijo del empresario valenciano ya fallecido Francisco Ros Casares y entre ellas se encuentran rinocerontes, osos polares y elefantes. El propietario, que no está detenido, está siendo investigado por presuntos delitos contra la protección de la flora y la fauna silvestre, así como contrabando. Los investigadores estiman que las piezas pueden tener un valor cercano a los 30 millones de euros.

Los agentes decomisaron 1.090 animales momificados, 405 de ellos de especies protegidas y algunas en peligro de extinción, como el addax o el tigre de bengala. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Valencia realizó la operación 'Valcites' el pasado miércoles en una finca de Bétera. Los agentes registraron dos naves y una vivienda, donde hallaron los especímenes y 198 colmillos de marfil de elefantes. La colección de taxidermia ocupaba unos 50.000 metros cuadrados.

La Guardia Civil también se incautó de un sofá y 20 sillas fabricadas con piel de cocodrilo, unos muebles que se encontraban en el domicilio del empresario. El Seprona comenzó las investigaciones el pasado mes de noviembre tras recibir un aviso de la posible existencia de un museo en Bétera con un gran número de animales disecados merecedores de protección.

Tras el registro de la finca, la Guardia Civil halló ejemplares de guepardo, leopardo, león, lince, oso polar, pantera de las nieves y rinoceronte blanco. En la siguiente fase de la operación, el Seprona analizará toda la documentación aportada por el propietario del museo para justificar la tenencia de las piezas.

El empresario investigado, que estuvo presente en el registro con su abogado, no colaboró cuando los agentes de la Guardia Civil le pidieron que les dejara entrar para inspeccionar las dependencias donde tenía su colección privada. Los agentes del Seprona tuvieron que solicitar a la jueza de Llíria la correspondiente orden judicial y mostrarle el documento para que les dejara acceder a la finca. Una vez dentro, los guardias civiles contabilizaron durante varias horas todas las piezas disecadas, algunas de ellas de gran tamaño y peso, para realizar las correspondientes diligencias. El propietario investigado no facilitó a la Guardia Civil la documentación de los animales, aunque afirmó que lo hará en los próximos días. También declaró que la mayoría de los ejemplares de la colección de taxidermia son bienes de la herencia de su padre.

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