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L. R.
Martes, 28 de enero 2020, 12:30
El cuerpo de la abuela de la niña fallecida en el hotel Los Bracos de Logroño ha aparecido esta mañana en aguas del río Ebro. El cadáver estaba flotando en el río en el parque de La Riebra, aguas abajo de la Plaza ... de Toros de la capital riojana. Cerca del lugar, también en el mirador del Ebro, se encontraba el bolso de la mujer.
Policía Nacional y bomberos buscaban desde el lunes a la abuela, que entró con la niña y su madre al hotel Los Bracos, pero de la que no se sabía nada desde el domingo.
Desde entonces, la Policía Nacional había emprendidouna búsqueda de la mujer por toda La Rioja, pero especialmente en Haro y en la zona del Ebro. Y es que había indicios de que la mujer podría intentar acabar con su vida, igual que lo había hecho su hija sin éxito.
Según ha podido saber el diario La Rioja, entre las cartas que un familiar entregó a la Guardia Civil en Haro, se encontraban también algunas de la propia abuela, en las que también anticipaba alguna intención suicida.
La muerte de la niña de cinco años este lunes ha conmocionado Logroño, donde ocurrieron los hechos, y Haro, el lugar donde vivía la familia.
Todo empezó como un posible suicidio. Un vecino llamó a los servicios de emergencia para alertar de que una mujer estaba en una de las ventanas del hotel Los Bracos, en la céntrica calle Bretón de los Herreros, con la aparente intención de quitarse la vida. Pero cuando los agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar, se encontraron con algo mucho peor: la mujer, efectivamente, estaba en la habitación 404 del establecimiento con cortes en su cuerpo que parecía haberse autoinflingido. Pero en la cama, tapado con una manta, estaba el cadáver de su hija, la pequeña Carolina, de solo cinco años de edad.
Los padres de la menor -él, jarrero; ella, A.U.F., nacida en 1984, de origen canario- estaban divorciados desde hace un tiempo. El padre tenía la custodia de la pequeña, pero la madre tenía establecido un régimen de visitas. Este domingo debería haber devuelto a la niña a la vivienda que compartía con su progenitor en Haro. Pero no lo hizo, algo que él denunció en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad esa misma noche.
Entre tanto, el domingo por la mañana, la madre y la niña llegaron al hotel Los Bracos. Les acompañaba una tercera persona, la abuela materna. La niña y la madre quedaron alojadas en la habitación 404. Qué pasó desde ese momento hasta la llegada de la Policía, veinte horas más tarde, es la incógnita principal de este caso.
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