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juan cano | fernando torres | alvaro frías
Martes, 5 de febrero 2019, 12:45
«No me lo voy a perdonar». David Serrano, el dueño de la finca de Totalán donde cayó el pequeño Julen, ha comparecido esta mañana ante los medios de comunicación para dar una explicación de lo que ocurrió el 13 de enero, y para aclarar también qué pretendía hacer en la parcela ... . «Advertí del peligro que había [a su pareja y a los padres del menor, con los que pretendía disfrutar de una paella en el campo], pero pensando en que alguien pudiera partirse un pie. Jamás pensé que ahí cupiera un niño. Eso no me lo voy a perdonar nunca, no haber visto ese peligro ahí», insiste, visiblemente emocionado, antes de derrumbarse. «Desde ese día, todo me a igual».
David Serrano ha declarado que tapó la boca del pozo con dos bloques de hormigón de color gris y ha recalcado que el pocero hizo una perforación de más de 100 metros y la dejó allí «tal cual». «Compré esa parcela hace cuatro meses para poner unos aguacates y quería llevar unos caballillos, por eso quería buscar agua. Maldita la hora...», añade el dueño de la parcela, que ha comparecido acompañado del abogado Antonio Flores Vila, socio fundador del bufete Lawbird Legal Services.
«Unos días después de que Antonio -el pocero- se fuera, llamé a un amigo para que retirara la montaña de arena en forma de volcán [que el pocero dejó alrededor del agujero] y hacer una pequeña zapata para el muro de contención. Ese material no era para una casa, sino para el muro de contención. Y al fondo de la «L» [de la zanja] estaba el pozo, que iba a quedar tapado por el muro de hormigón», aclara.
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