La Policía Nacional, en una imagen de archivo Europa Press

Un desahucio con sorpresa: un inquilino que se precipita al vacío y un cadáver momificado

Un hombre convive durante año y medio con el cuerpo sin vida de su padre para cobrar su pensión, engañando a todo el entorno

A.S. González

Domingo, 13 de febrero 2022, 17:45

Cuando la comisión judicial entró el pasado 20 de enero a desahuciar el piso en el que vivía José Manuel Cobos en el número 1 de la calle de Palafox de Móstoles, él saltó por la ventana. La entrada a la vivienda por parte de ... las autoridades, motivada exclusivamente por los impagos, ponía fin a año y medio de mentiras.

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Es el tiempo que se estima que vivió junto al cadáver de su padre para continuar cobrando su pensión. Los bomberos encontraron el cuerpo del octogenario momificado debajo de la cama de una habitación.

A los vecinos, les decía que el hombre había dejado de salir por miedo a la covid 19 y a sus hermanos, que viven lejos de Madrid, les prohibía la entrada en casa. Cortó la línea de teléfono y tampoco pagaba el alquiler. Esos impagos precipitaron el descubrimiento del engaño y motivaron su salto al vacío, aunque no su fallecimiento porque, malherido, ha resistido al brutal impacto.

Su cuerpo, con varias vértebras aplastadas, el bazo y la cadera rotos y un traumatismo craneoencefálico, se recupera en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, pero no así su memoria. Sostiene que no recuerda nada.

José Manuel Cobos, de 53 años, había regresado a la residencia paterna en 2014 cuando se separó de su mujer, con quien tenía una hija y a las que nunca pasó la pensión. Abandonó su trabajo y comenzó a vivir de la pensión de Manolo, que en los últimos años estaba delicado de salud.

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Se calcula que la muerte del anciano, que sumaría a día de hoy 83 años, se produjo en verano de 2020 aunque aún se desconoce la causa. En junio de ese año fue la última vez que el entorno recuerda haberle visto con vida.

Cada mes, Jose Manuel iba al banco a retirar la pensión de su progenitor. No tenía más ingresos. Además, el piso en el que ambos vivían era de renta antigua. Los vecinos dicen que él bebía, que carecía de móvil y que apenas hablaba con nadie.

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