Condenado por asesinar a su mujer con una serpiente venenosa

Uthra Sooraj, una joven india de 25 años y madre de un bebé de un año, murió el 7 de mayo de 2020 tras ser mordida por una serpiente. Inicialmente, el caso se trató como una muerte accidental pero las sospechas de sus padres motivaron el inicio de una investigación policial. Su viudo ha sido ahora condenado a cadena perpetua por su asesinato.

En realidad, a la esposa del reo le llegó la muerte en la segunda tentativa porque su pareja ya la había tratado de matar del mismo modo anteriormente. Entonces, estuvo hospitalizada 54 días por la mordedura de una víbora pero todos pensaron que se trataba de un hecho fortuito. Hubiera seguido siendo así de no ser por la desconfianza del padre de la víctima, quien comenzó a sospechar al ver el comportamiento «anormal» de su yerno y sus padres durante el funeral.

No parecían afectados por la prematura muerte de su nuera y tenían prisa por terminar el funeral. Supo, además, que su yerno era un experto en serpientes venenosas, lo que sumaba al hecho de que era imposible que la serpiente hubiera entrado por sus propios medios en la habitación en la que falleció su hija.

Una minuciosa investigación concluyó que Sooraj S. Kumar, un empleado bancario de 27 años, había matado a su esposa para casarse con otra mujer y quedarse con el dinero de la familia. De hecho, tras el fallecimiento de su mujer robó joyas de su banco.

La policía descubrió en sus pesquisas que había comprado dos serpientes por 10.000 rupias y, a través de entrevistas a expertos, fue poco a poco reconstruyendo el caso. En una mordedura accidental, las cobras dejarían marcas de aproximadamente 1,7 cm mientras que en una hecha a la fuerza dejaría heridas de 2,8 cm de largo, como era el caso. El cadáver, en concreto, dos; una de ese tamaño y otra de 2,5 cm.

En el proceso se demostró que el joven había introducido en casa de sus suegros la serpiente en una bolsay obligó al animal a morder a la joven, a la que había dado además pastillas para que durmiera profundamente durante el ataque. Durante, meses, había investigado en Internet sobre cómo manipular cobras y sus mordeduras mortales.

Aunque la Fiscalía pidió la pena de muerte, finalmente, fue condenado a dos cadenas perpetuas y al pago de una multa de 500.000 rupias

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