Una cámara grabó al sospechoso pagando con la visa de una víctima

Los investigadores continúan recabando evidencias que permitan esclarecer la autoría de, al menos, un homicidio consumado, dos más en grado de tentativa y otras tres muertes de hombres presuntamente vinculadas a la trama. En total, se trata de seis casos perpetrados en Bilbao, según confirmó el pasado viernes en una rueda de prensa el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, que no descartó que pueda haber más.

Una de las diligencias más engorrosas, pero que resultan fundamentales para probar la presencia de un acusado en los escenarios de los crímenes y su relación con los vaciados de las cuentas de las víctimas, es la geolocalización del teléfono o teléfonos móviles que utilizara en aquella época.

Para ello, deben contar con la colaboración de las compañías telefónicas que, mediante una orden judicial, tendrán que informar sobre las conexiones que ese número estableció con las distintas antenas de telefonía. Los investigadores también buscarán posibles huellas dactilares en tazas o vasos que el presunto homicida pudo utilizar al visitar las viviendas de los hombres con los que contactaba a través de aplicaciones de citas entre homosexuales.

La Ertzaintza cree que les ofrecía alguna sustancia -en el cuerpo de uno de los fallecidos se encontró éxtasis líquido- probablemente en alguna bebida mientras charlaban en el sofá, para adormecerles y después apropiarse de sus visas y saquearles los ahorros.

Nelson David M.B., colombiano de 25 años, detenido el pasado jueves tras presentarse en la comisaría de la Ertzaintza en Irún, pasó ayer su tercer día en la cárcel de Basauri. El titular del juzgado de instrucción número 6 de Bilbao, encargado del caso, no concedió total credibilidad a su declaración, ya que decretó contra él prisión provisional. Cuando llegó a la ertzainetxea guipuzcoana negó su implicación en las muertes y dijo que se presentaba ante la Policía para «colaborar» y porque su imagen y su nombre se habían publicado en medios de comunicación y redes sociales. La madre de su compañera sentimental, que sólo tiene 18 años y llevaba con él desde el pasado verano, aseguró ante las cámaras que le había aconsejado que se entregara, confiada en su inocencia.

Según ha podido saber este periódico, el presunto agresor acudió a una subcomisaría de la Ertzaintza, ubicada en la plaza Zabalburu, a denunciar la pérdida de su pasaporte el mismo día en el que supuestamente intentó estrangular a un hombre en su vivienda del Casco Viejo bilbaíno. Se daba la circunstancia de que la víctima se encontraba herida, ya que el agresor le había golpeado con una figura decorativa en la cabeza. Los agentes de la Policía autonómica le acompañaron hasta el hospital de Basurto para ser atendido de las lesiones, por lo que la denuncia presencial se demoró varias horas.

Cuando el hombre detalló la descripción física del posible autor del intento de homicidio y la ropa que llevaba ante el agente que le tomaba la denuncia, éste se percató de que coincidía con la del joven que tiempo antes había ido a comunicar el extravío de su documentación, y ató cabos. ¿Estaba preparándose una coartada para enmascarar su implicación en el caso?

Como la víctima se resistió con mucha fuerza, el agresor huyó de manera precipitada dejándose una mochila con documentos y otras pertenencias en el piso. Una vez que el atestado se completó y fue remitido al juzgado, éste emitió una orden de búsqueda y detención del sospechoso por un delito de lesiones graves, que se ejecutó el pasado viernes en Irún.