«Vimos a la policía en la calle y nos pusimos a golpear y gritar socorro»

«La gente no podía respirar y empezó a marearse. No parábamos de pedir al conductor que nos dejase salir. No nos hizo caso hasta que vimos a la policía en la calle y nos pusimos a golpear y gritar socorro. Cuando pudimos bajar, después de media hora, la gente empezó a sufrir golpes de calor, mareos, ansiedad…», resume una de las afectadas.

Los impactantes vídeos compartidos no tardaron en hacerse virales y FACUA-Consumidores en Acción ya ha pedido a la Generalitat Valenciana la apertura de una investigación y un expediente sancionador a la empresa encargada de traslado, autocares Agostense. El Estatuto de las personas consumidoras y usuarias aprobado por el ejecutivo regional recoge que «las personas consumidoras y usuarias tienen derecho a que los bienes y servicios puestos en el mercado sean seguros».

Se consideran seguros, además, «los bienes o servicios que, en condiciones de uso normales o razonablemente previsibles, incluida su duración, no presenten riesgo alguno para la salud o seguridad de las personas, o únicamente los riesgos mínimos compatibles con el uso del bien o servicio y considerados admisibles dentro de un nivel elevado de protección de la salud y seguridad de las personas«.

Nada más subir al bus, uno de los oficiales de la cita musical, los jóvenes se percataron de que no había aire acondicionado. El conductor les aseguró que funcionaría en unos minutos. No fue así ya que estaba estropeado.

«La gente empezó a marearse, el suelo estaba encharcado de sudor y muchos empezaron a tener ataques de ansiedad. Llegamos a plantearnos romper la salida de emergencia y terminamos llamando a la policía, quien finalmente obligó al conductor a bajar«, relata una usuaria en Twitter.

Los jóvenes abandonaron el autobús «con muchos ataques de ansiedad, llorando, mareados y con mucha calor. Hay quien llegó a tener fiebre y/o vomitar. Las ambulancias llegaron y nos ayudaron y posteriormente nos reubicaron en varios autobuses», continua la indignada festivalera, que lamenta que se haya «jugado con la salud de muchas personas».

El calor en el interior de un vehículo puede ser más peligroso que el que se sufre en las calles. Según un estudio realizado por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) con la colaboración del club suizo TCS, mientras en el exterior puede haber 35 grados, en el interior de un coche al sol se pueden alcanzar los 55. Los jóvenes estaban literalmente empapados en sudor, como demuestran las imágenes de un vídeo en Tik Tok.

FACUA-Consumidores en Acción quiere ahora que se investigue, por un lado, si la falta de climatización del autobús y la actitud del conductor «han podido provocar situaciones de peligrosidad para la integridad físicas de los viajeros» y, por otro, si la flota de autobuses de la compañía implicada cuenta con los requisitos técnicos necesarios para el transporte de viajeros por carretera.

La del aire acondicionado no ha sido la única polémica que ha rodeado el Arenal Sound. La Guardia Civil interceptó el pasado lunes a un hombre con 90 kilos de carne congelada en el maletero de su coche sin ningún tipo de medida higiénica-sanitaria.

Los agentes le pararon en uno de los controles establecidos en la localidad de Almassora para controlar el retorno festivalero. Como no había vendido toda la comida en su puesto situado a las afueras del recinto del festival, pretendía entregársela de vuelta a su distribuidor.

Las cuatro piezas de 15 kilos de carne y otra de 30 fueron decomisadas y destruidas y el hombre propuesto para sanción por falta de justificación de la trazabilidad del producto. Por otro lado, tres chicas fueron atendidas tras sentir pinchazos durante el festival Arenal Sound