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A. S. González
Oviedo
Martes, 6 de septiembre 2022
Un adolescente británico fue operado para retirarle un cable USB que se quedó atascado dentro de su uretra cuando trataba de medir el interior de su pene como una forma de 'experimentación sexual'. El artilugio se anudó en el interior y ya no pudo sacarlo fuera.
La práctica, por extraña que parezca, es más común de lo que popularmente se piensa y, de hecho, recibe un nombre. El 'sounding' consiste en introducir objetos por la uretra del pene y, entre otras complicaciones, puede derivar en infecciones, incontinencia urinaria, disfunción eréctil y estenosis uretral. Además de cargadores de móvil, los sanitarios han encontrado cáscaras de pistacho, alfileres, auriculares...
El caso concreto del adolescente de 15 años del Reino Unido, «sano, en buena forma física y sin antecedentes de trastornos de salud mental» está recogido en un informe urológico con fecha de noviembre de 2021.
Acudió al médico acompañado de su madre porque presentaba sangre en la orina y esperó a que ella saliera fuera de la consulta para explicar al equipo médico el origen de sus problemas. Según el informe, «los dos puertos distales del cable USB sobresalían del meato uretral externo, mientras que la parte media del cable anudado permanecía dentro de la uretra»
En primera instancia, los profesionales trataron de extraer el cable con una varilla de metal pero, debido a la cantidad de nudos que se habían formado, el niño tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Fue preciso realizar una inserción entre sus genitales y el ano con catéteres colocados.
«Se realizó una incisión penoescrotal longitudinal sobre el cuerpo extraño palpable y se realizó una disección cuidadosa a través de los tejidos más profundos, dividiendo el músculo bulboesponjoso», relatan los médicos.
De este modo, ambos extremos del cable se sacaron con éxito a través del «meato uretral externo». Quince días después recibió el alta pero debe ser monitorizado por los posibles daños a largo plazo de su desacertada travesura.
La vergüenza juega en contra de quienes sufren este tipo de incidentes, que tardan tiempo en compartir a pesar de sufrir dolores o hemorragias. En China, a un niño de 14 años le sacaron 53 bolas magnéticas, colocadas en hilera, que se había introducido por «curiosidad» .
En la India, un hombre explicó que había tragado unos auriculares y que, cinco días después y tras defecar en varias ocasiones, no había conseguido expulsarlos. Una endoscopia y una cirugía revelaron que no había nada en su intestino.
Una radiografía posterior sí reveló la presencia de un cargador de móvil en la vejiga introducido a través de su uretra. Medía 60 centímetros y lo introdujo porque creía que «iba a obtener gratificación sexual». No fue así.
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