Oleada de robos en cementerios de la provincia de Toledo

La localidad de Escalonilla (Toledo), de 1.500 habitantes, ha sido la última de la comarca toledana de Torrijos en sufrir un robo de lo más macabro: decenas de crucifijos de metal de su cementerio. Estos mismos robos se han denunciado este verano en otros pueblos cercanos como Maqueda, Rielves, Albarreal de Tajo, Gerindote o La Puebla de Montalbán. Al parecer, una banda se ha especializado en este tipo de sustracciones sin escrúpulos y ha elegido los camposantos de pequeños municipios que carecen de vigilancia.

"Pensamos que es una sola banda la que está actuando en la zona y no creemos que haya varias bandas dedicándose a lo mismo", afirma la alcaldesa de Escalonilla, Sonia Gómez, que ahora comparte este problema con otros pueblos de la comarca. En dos de ellos, Maqueda y Rielves, sus respectivos ayuntamientos han decidido adoptar medidas de seguridad. En Maqueda, los ladrones se han llevado no sólo cruces sino también adornos y cadenas que rodean las sepulturas y hasta las asas de las lápidas. "Más que el valor de estos robos, lo que causan es desasosiego entre los vecinos. Por eso, el cementerio ya no estará abierto durante todo el día como ocurría hasta ahora", anuncia su alcalde, Andrés Congosto.

En el caso de Rielves, el alcalde, Luis Vicente Arellano, estudia la posible instalación de cámaras de seguridad para vigilar las tumbas. Otros municipios toledanos como Guadamur, Casasbuenas, Mascaraque o Almonacid han recibido también en los últimos meses la visita de estos cacos, que a veces hasta aprovechan la luz del día para robar cualquier elemento metálico al que después dan salida en el mercado ya que los cementerios no suelen contar con vigilancia.

Desde la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha aseguran que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están investigando estos casos para tratar de desmantelar esta banda que este verano está haciendo su particular "agosto" asaltando cementerios.