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Gijón
Jueves, 7 de julio 2022, 17:35
'Cheesus Christ' es el polémico nombre con el que una panadería ha bautizado a un sándwich frío que combina la mozzarella con el cheddar y la cebolla caramelizada. El título es un juego de palabras, que combina la palabra queso en inglés ('cheese') ... con la exclamación 'Jesucristo', que uno exhala cuando algo le sorprende o agrada sobremanera.
Es marketing y también es, a ojos de algún cliente, un guiño mucho más que ofensivo; se trataría de un delito que atenta contra los cristianos «por discriminación», por lo que ha amenazado con acudir a los tribunales si el negocio no cesa en su blasfemia.
«Nuestros clientes no desean llevar esto más allá, pero sienten que necesitarán hacerlo en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, si no se toman medidas», advierten sus letrados en una carta remitida al local The Bridge Bakehouse.
Los abogados subrayan que «claramente hay un caso por el que responder» y reclaman una disculpa pública y la supresión del bocadillo de la oferta culinaria, además de una donación de 300 libras para una iglesia local como resarcimiento.
La carta se ha atribuido a la organización Christian Concern, que ha negado tener relación alguna, al igual que la parroquia del lugar. De hecho, el vicario llamó para disculparse y desvincularse de un escrito que se relaciona con un miembro descontento de la comunidad local. El texto llega después de al menos un acto vandálico denunciado por las responsables de la panadería en redes sociales.
'Cheesus Christ' lleva en la carta desde hace dos años pero fue en en junio de este año cuando alguien cubrió con pintura blanca la pizarra del exterior del local para esconder el nombre del bocata. Entonces, la dirección tiró de ironía, asegurando que si el justiciero no había actuado «en la oscuridad de la noche vestido como La Máscara del Zorro», se sentirían «muy decepcionados».
Cheesus Christ continuará en carta, donde comparte protagonismo con Jean Claude Van Ham, o Don't Go Bacon My Heart. Se trata, de hecho, de uno de los bocados más vendidos. «No lo eliminaremos y ¿por qué deberíamos hacerlo? No hemos hecho nada malo», protestan las propietarias Camilla y Courtney Dignam en declaraciones a medios locales.
«Es una locura que cuando hay tantas cosas sucediendo en el mundo con guerras y personas preocupadas por pagar facturas, alguien en el pueblo se haya tomado el tiempo y el esfuerzo para redactar esta carta ridícula con la esperanza de amenazarnos con retroceder y eliminarla del menú», zanjan.
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