El 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.E. C.
Miércoles con Lucía Feito, psicóloga
Día Mundial del Autismo: ¿Cuáles son los principales mitos sobre el TEA que aún nos alejan de la inclusión?
2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo ·
Derribar etiquetas y comprender el TEA desde una perspectiva humana es clave para reducir la estigmatización y apoyar a quienes lo viven junto a sus familias
Cada 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha clave para visibilizar y comprender mejor el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Sin embargo, hoy mi propósito será que reflexionemos sobre cómo nos relacionamos con la diversidad y cómo, muchas veces, etiquetamos en lugar de comprender.
En los últimos años, el diagnóstico de TEA ha aumentado de manera significativa. En España, se estima que la incidencia es de aproximadamente 1 de cada 100 personas, aunque los estudios continúan evolucionando para entender mejor esta realidad. Este incremento en los diagnósticos nos obliga como sociedad a adaptar nuestros entornos, desde la educación hasta el acceso a los servicios de salud y empleo, garantizando que las personas con TEA y sus familias cuenten con los apoyos necesarios para vivir con dignidad y plenitud.
Los seis mitos que refuerzan la estigmatización del autismo
1. «Todas las personas con TEA son iguales». El espectro del autismo es muy amplio y diverso. No hay dos personas con TEA que se comporten exactamente igual. Asumir que todas comparten las mismas características limita su individualidad y el reconocimiento de sus necesidades específicas.
2. «El autismo siempre va acompañado de discapacidad intelectual». No todas las personas con TEA tienen discapacidad intelectual. Muchas tienen habilidades excepcionales en diferentes áreas y su dificultad principal radica en la comunicación y la interacción social, no en su capacidad cognitiva.
3. «No tienen emociones ni pueden conectar con los demás». Una de las ideas más erróneas es pensar que las personas con TEA carecen de emociones o empatía. En realidad, sí sienten y conectan con los demás, aunque pueden expresarlo de maneras diferentes a las convencionales.
4. «El autismo es una enfermedad que se puede curar». El autismo no es una enfermedad, sino una condición neurodiversa. No necesita 'cura', sino comprensión, apoyo y adaptaciones en el entorno para favorecer la inclusión y el bienestar de quienes lo viven.
5. «Las personas con TEA no pueden ser independientes». Muchas personas con TEA pueden tener una vida plena y autónoma con los apoyos adecuados. Las barreras no están en ellos, sino en la sociedad y en la falta de adaptaciones.
6. «Deben ser sobreprotegidos para evitarles dificultades». Aunque algunas personas con TEA necesitan apoyo en su día a día, infantilizarlas o evitar que enfrenten retos puede impedir su desarrollo personal y social.
¿Cuál es el impacto de la estigmatización?
Las etiquetas pueden limitar las oportunidades de las personas con autismo y reforzar barreras innecesarias. Se presupone una incapacidad para establecer vínculos o participar plenamente en la sociedad, cuando en realidad lo que necesitan es un entorno más accesible, con menos prejuicios y más comprensión.
No es una enfermedad ni algo que «curar», sino una forma de ser que merece ser reconocida y respetada. El desafío está en no definir a las personas por su diagnóstico, sino por lo que son: personas con emociones, aspiraciones y derechos.
¿Cómo podemos construir una sociedad más inclusiva?
Para lograr una convivencia realmente inclusiva, necesitamos dejar atrás las categorías rígidas y comenzar a ver a las personas como lo que son: seres humanos con diferentes formas de vivir y sentir. Comprender esto nos ayuda a construir sociedades más equitativas, donde todos tengan la posibilidad de participar sin miedo al rechazo o la discriminación.
Desde la psicología, acompañamos no solo a las personas con TEA, sino también a sus familias y a la sociedad en general, promoviendo el respeto a la neurodiversidad. El acceso a la información y la sensibilización nos permiten crear espacios donde nadie sea definido por un diagnóstico, sino por su humanidad.
Pequeños cambios, gran impacto
Hacer del mundo un lugar más accesible para las personas con autismo no requiere grandes esfuerzos, sino una mayor sensibilidad. Pequeños gestos como evitar la sobrecarga sensorial, respetar los tiempos de comunicación y, sobre todo, relacionarnos desde la empatía pueden marcar la diferencia.
Este 2 de abril, el reto es claro: dejar atrás las etiquetas y construir un mundo donde todos tengamos un lugar. Porque la diversidad nos enriquece a todos y solo desde la comprensión y el respeto podemos avanzar juntos hacia una sociedad más justa e inclusiva.
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