Laura Pire
Lunes, 6 de febrero 2023, 19:25
Es pequeña, es limpia, ocupa poco y encima nos dicen que es sanísimo cocinar en una freidora de aire porque no se añade grasa a los alimentos. En principio es una gozada, pero como todo en nutrición, tenemos que darle la vuelta para ver de qué forma podemos malinterpretar su uso y crear nuevos hábitos que a, la larga, perjudican la salud, y nosotros pensando que lo hacemos genial.
Publicidad
Es cierto que al eliminar grasa, a nivel calórico mejoramos la ingesta de determinados alimentos como las patatas fritas, por ejemplo. Ya puestos a tomarlas, pues de esta forma, en poca cantidad y sin aceite añadido, es un buen plan. Pero no olvidemos que existen ciertas sustancias como las acrilamidas que es muy conveniente controlar y que se generan con las altas temperaturas a las que la freidora de aire también somete a los alimentos.
Esto, por un lado. Por el otro y no menos importante, no debemos aficionarnos de repente a la croqueta, la empanadilla o el nugget justamente porque pensamos que se «santifican» a nivel nutricional con la freidora de aire: no es así. Ojalá, pero no funciona así. Es cocinar sin grasa, pero este tipo de productos, si son precocinados, vienen servidos de grasa y todo lo que ya conocemos dentro del mundo de la fritanga congelada. Tenedlo en cuenta.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.