Hay laxantes sanos

La palabra ya en sí misma suena a necesitar algo negativo para combatir un problema. Como en las personas que toman un medicamento fuerte para el dolor, que a nadie le apetece «intoxicarse» con un fármaco, se sopesan los pros y los contras y se toma una decisión. Para eso está la medicación cuando es necesaria. Con un laxante puede pasar lo mismo. En un momento dado necesitamos solucionar un estreñimiento puntual y debemos valorar las opciones ya que los hay más y menos saludables.

Una mezcla «natural», a base de plantas usada sin control, puede generar una costumbre que nos meta en un bucle de diarrea y estreñimiento, más irritante que otra cosa. Mi recomendación: además de incluir alimentos muy ricos en fibra, ejercicio que movilice el intestino y agua en abundancia, debemos también añadir una fibra que tenga un efecto de captación de agua, como una gelatina que aumente el volumen, el peso y la lubricación. Es lo más saludable sin duda. Hay que evitar la irritación y la diarrea por un uso incorrecto de laxantes. La base de nuestras defensas y la absorción de nutrientes está en la microbiota de nuestro intestino y no debemos jugar con ella por desconocimiento.